En el Rooosevelt la humanidad se queda en la puerta

Al esposo de mi amiga, L. le dió un infarto el jueves en la madrugada y L.  lo llevó al Hospital Roosevelt porque era lo más cerca,…y nunca se imaginaron la angustia que iban a pasar.

Ni siquiera los dejaron entrar, el sujeto que cuidaba la entrada a la Emergencia de aquel nosocomio no los dejaba pasar si no llevaban su Documento de Identificación Personal. El hombre se estaba muriendo; pero, a la burocracia, ¿qué le puede importar menos? Las ordenes, son las ordenes.

¿Te imaginas la angustia? Tu esposo (a) tiene un infarto, sales como puedes (en pijama en el caso que les cuento) y no llevas tu DPI.  Llegas al hospital estatal (que pagas con tus impuestos)  y el guardia te cierra el paso.  ¿Que  haces?

L. tomó a su esposo y lo llevó a un hospital más lejano, donde los médicos recibieron al infartado y le dieron el tratamiento que necesitaba…varios minutos después de haber salido del Roosevelt.  Varios minutos preciosos que le pudieron costar la vida.

¿Cuántas veces al mes ocurrirán casos parecidos? ¿Cuántas personas sencillas, vulnerables y en angustias vivirán cosas parecidas a manos de la burocracia de la salud? ¿A cuántos tributarios, por modestos que fueran, les han cerrado las puertas en las narices?

Mi cuate J.F. fue sometido a un cateterismo, tiene un stent y está vivo…no gracias a la burocracia, que deja la humanidad en la puerta.

La foto es de Soy502.

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