¡Que Trump cumpliera su amenaza!

Como la guerra contra las drogas lanzada por Richard Nixon ha estado saliendo tan bien (sarcasmo); Donald Trump va a por la Guerra contra las drogas 2.0.

Durante una visita al Centro Nacional de Adiestramiento y Protección Fronteriza en Virginia, Donald Trump amenazó con cortar la ayuda a países que permiten el ingreso de drogas a los Estados Unidos. Quiero detener la ayuda, si estos países no pueden evitar que entren las drogas, porque pueden detenerlos mucho más fácilmente que nosotros, explicó. Les damos miles y miles de millones de dólares, y no hacen lo que se supone que deben hacer, y ellos lo saben. Pero vamos a tomar una acción muy dura, añadió Trump.

Yo digo que sería genial que los tributarios de los EE.UU. no tuvieran que financiar la corrupción en países como Guatemala; y está clarísimo que la ayuda exterior no sólo no ayuda a la gente a salir de la pobreza, sino que -en muchos casos- la hace tan dependiente que se podría decir que es una condena a la miseria.  No me creas, si no quieres; pero sii te interesa es tema, te recomiendo:

Queremos fronteras fuertes. Queremos darles leyes. Queremos detener la capturas y liberaciones, y las tonterías que siguen. Atrapas a alguien y lo liberas. Sabes que son malos, dijo el presidente Trump. Están llegando desde El Salvador, Guatemala, Honduras, México, por todas partes. Están llegando a nuestro país, explicó.

Retórica y todo, lo cierto es que el origen del narcotráfico no se halla en los países productores, sino en los países consumidores.  No habría tráfico de drogas si millones de estadounidenses -por decir algo- no las pidieran a gritos y no estuvieran dispuestos a pagar platales por ellas.  De hecho, esos platales, que hacen inimaginablemente millonarios a los grandes narcotraficantes, son consecuencia de que las drogas son prohibidas por el gobierno de los Estados Unidos y por eso son tan caras.  El arranque conservador de Trump es tanto más absurdo, cuando -en su país- cada vez más estados y más mandantes están a favor de legalizar el uso de algunas sustancias y de acabar con esta guerra injusta en la que pierden la vida más latinoamericanos, que gringos.

La guerra contra las drogas debería llamarse: la guerra perdida contra las drogas. Pero no me lo creas a mi; si te interesa este tema te recomiendo:

La clientela de la ayuda exterior de los Estados Unidos va a poner el grito en el cielo con la amenaza de Trump; e igual grito van a poner los beneficiarios de la guerra perdida contra las drogas.  Es posible que los oigamos cantando:

Antes sacaba del mandado 
Me daba pa´ mi helado, mi cine y mi jurbol 
Ora con lo que me ha pasado 
Me tiene más enfriado que un hielo de jaibol 
Con esta triste y maullida serenata 
La noche es una lata, no duerme el más gallón 

Pero piénsalo bien: la ayuda exterior es una cadena con bola para el bienestar y el desarrollo; y la guerra perdida contra las drogas impide que los adictos reciban un tratamiento científico y compasivo; además de que enriquece a los narcotraficantes y corrompe a las autoridades.  ¡Solo podemos ganar si Trump cumple su amenaza!

Foto por: Maj. Will Cox [Dominiio público], via Wikimedia Commons.

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