Las rutas parciales del tráfico de drogas

El mapa ese que muestra la cantidad de eventos de tráfico de drogas que van desde América del sur hacia Guatemala, luego de alarmarnos,  debería ponernos a pensar.

Lo obvio es que la cantidad de drogas que ha de entrar por las costas del océano Pacífico, a Guatemala, ha de ser tan inmensa y perturbadora como la densidad de las rutas que hay entre Colombia y Ecuador y nuestro país. Obvio es, también, que para que esto sea posible tiene que haber connivencia con las autoridades chapinas a todo nivel.  Obvio es que aquella connivencia medra en un ambiente de impunidad y de corrupción.

No es evidente en el mapa, y tampoco es obvio, el hecho de que aquel tráfico y aquellas rutas no ocurren en un vacío.  Responen a una demanda.  ¿Las drogas se quedan en Guatemala y en México? No. ¿Es posible que conozcamos las rutas y los destinos de as rutas más allá de las costas de México? Sería bueno, ¿verdad? ¿Quiénes y dónde compran todas las drogas que logran llegar a donde no nos muestra el mapa? En los Estados Unidos de América, seguramente.

Cuando veo ese mapa pienso en el pincipio físico y jurídico que dice que la causa de la causa es la causa del mal causado.  El mapa que apunta a Guatemala seguramente evidencia una realidad; pero muestra una verdad incompleta.  Sin la parte que falta, no es obvio establecer cuál es la causa final de los males que acarrea el narcotráfico, incluidos la impunidad y la corrupción.

La guerra contra las drogas se pelea -en México, Guatemala, Colombia y otros países- desde tiempos de Richard M. Nixon; y si los resultados de más de 43 años de esa guerra (con todos los efectos que tiene una guerra) son los que vemos parcialmente en el mapa en cuestión. quizás sea tiempo de replantear el asunto.

Te dejo tres materiales para meditar:

La ilustración la tomé de elPeriódico.

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