Con las primeras lluvias vienen los deliciosos e incomparables anacates; mis hongos favoritos en todo el universo mundo; no sólo por su sabor, sino por su textura.
Desde que era niño me los disfrutaba mucho; y ahora son muchísimo más abundantes que en aquel entonces. En casa nos gustan sólos, con mantequilla, cebolla, perejil, sal, pimienta y jerez, ligeramente espesada la salsita con maicena; pero también nos gustan con spaghetti, en pizza, con frijoles colorados y en pulique, un recado típicamente chapín.
Si, en pulique saben deliciosos.