Lágrimas de cocodrilo y penas que no lo son

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Se dice que alguien llora lágrimas de cocodrilo cuando derrama lágrimas falsas o fingidas; o cuando sufre penas que no lo son.  ¿Cómo se dirá cuando alguien derrama lágrimas para chantajear?  Igual.  Se dice que llora lágrimas de cocodrilo.

Los pipoldermos andan por ahí contando que como no tienen dinero para pagar transporte adecuado, ahora las autoridades penitenciarias tendrán que llevar a los reos, en transportes públicos, a las diligencias judiciales; y a los empleados del sistema de salud no les pagan sus sueldos, supuestamente por la misma razón.  ¡Aaaaah, lágrimas de cocodrilo!  ¡Aaaaah, canallas!

Lo cierto es que los pipoldermos si tienen dinero.  Tienen el dinero que les quitan a los tributarios y desperdician en otras cosas.  ¿En qué cosas?

Los pipoldermos gastaron Q 2.1 millones del dinero de los tributarios para medir las simpatías de la vicepresidenta Roxana Baldetti.  Ese dinero no sirvió para transporte de reos, ni para pagar sueldos de la burocracia de salud.

Un ex ministro de Salud será denunciado por malos manejos que  alcanzarían los Q70 millones.  Ese dinero no sirvió para pagarles a los empleados de su cartera, y menos para el transporte de reos.  ¡Pero los pipoldermos sí tuvieron ese dinero -de los tributarios- en sus manos.

Los pipoldermos gastan en mandarse flores, en parrilladas, torneos de boliche, paellas, café y otras superficialidades el dinero que toman de los pipoldermos.  Se estima que los pipoldermos han gastado Q7.5 millones en alimentos y festejos.  Ese dinero sí lo tuvieron, y lo malgastaron, y lo desperdiciaron; y por eso no sirvió para pagarles a los enfermeros, ni sirvió para trasladar reos apropiedamente.

¡Así no hay dinero que alcance!, y por eso es que te suben los impuestos y te endeudan.  Y tu…¿te sigues dejando chantajear?

La ilustración la tomé de Facebook.

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2 comments

  1. Geraldine Pearse

    Son unos infelices, desgraciados porque no se sabe cuántas personas mueren por falta de medicinas.

  2. Geraldine Pearse

    Son unos infelices, desgraciados porque no se sabe cuántas personas mueren por falta de medicinas y esas son lágrimas de sangre.