“La farsa del genocidio en Guatemala”

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La farsa del genocidio en Guatemala es el libro de Oscar Platero que pone en evidencia las maquinaciones que la exguerrilla marxixta-leninista y la iglesia católica pusieron y tienen en marcha para imponer el criterio de que en este país hubo un genocidio.

No hay duda alguna de que durante los 36 años que la guerrilla intentó hacerse con el poder por la fuerza, los guatemaltecos -como ocurrió también con los argentinos, chilenos, colombianos, nicaraguenses, peruanos y salvadoreños- se vieron arrastrados a una vorágine de violencia cruel y espantosa.  No hay duda de que en aquel ambiente hubieran sido cometidas atrocidades e incluso crímenes de lesa humanidad.  Pero lo que no hubo fue genocidio.  No lo hubo porque nunca existieron intención o propósito de destruir total o parcialmente a grupo nacional, étnico, o religioso alguno, como tal, (o sea por el atributo de nacionalidad, etnicidad, o religión).

Aquello ya se sabe y por eso es que la novedad que nos ofrece este estudio reside en otra parte.  La novedad es que expone a las ideas y los actores que hay detrás de la farsa del genocidio.  Expone la relación entre la guerilla y la iglesia católica por medio de la teología de la liberación.  Pone en evidencia el rol de personajes como Rigoberta Menchú, Ricardo Falla, Luis Gurrirán, Frank La Rue, y otros.   Expone el papel de las izquierdas a nivel internacional, así como el de las organizaciones no gubernamentales.

El libro de Platero es un documento que reune evidencias y perspectivas.  Uno que el historiador, el periodista, el comunicador, el maestro, el juez,  el cura, el soldado, el estudioso y el curioso no deberían dejar de consultar.

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3 comments

  1. Geraldine Pearse

    Qué me alegra que tantas personas estén escribiendo la verdad de esa época.
    Me partió el corazón, pero me encantó la claridad y la sabiduría con la habló la invitada de Estuardo Zapeta, Karla (no se me quedó el apellido) que sufrió el estallido de una granada que le destrozó un pie, le mató a su padre, le destruyó la vida. También un hermano que murió luchando por nosotros. Por nuestra libertad. Somos muy afortunados de haber tenido, y todavía tener, soldados tan valientes y un ejército tan admirable.

  2. usted debería dedicarse sólo a cocinar,lamentable!

  3. Geraldine Pearse

    No sé si se refiere a Luis o a mí. Luis cocina bien, yo me muero de hambre. Las oraciones empiezan con letra mayúscula.