Guatemala es un país sin instituciones. En realidad y en general, el grupo que medra en el poder durante cada período precariamente constitucional -y el César que los votantes eligen cada cuatro- años pueden hacer lo que sea su voluntad sin mayores dificultades.
Por ejemplo: los pipoldermos, con la complicidad de un Congreso servil –y la connivencia del BCIE– nos acaban de endeudar por US$ 280 millones, de urgencia nacional y para una empresa en particular…y no pasa nada.
Si uno quiere ser generoso y optimista puede decir que Guatemala es una república en construcción y que aunque a veces damos tres pasos para adelante, luego regresamos dos y hasta cuatro, ahí la vamos pasando. A veces algunas instituciones parecen fortalecerse; pero lueguito dan la impresión de que se deterioran. En aquel contexto es un desatino delictivo ese de promover la prolongación del período presidencial, o la reelección. La Constitución dice que es deber de los ciudadanos defender el principio de alternabilidad y no reelección en el ejercicio de la Presidencia de la República. Dice, también, que a los diputados les están prohibidas las maniobras tendentes a vulnerar el principio de no reelección para el ejercicio de la Presidencia de la República. Es clarísima al decir que la prolongación del período presidencial por cualquier medio, y la reelección son punibles de conformidad con la ley, y que el mandato que se pretenda ejercer será nulo. ¡El Código Penal le dedica su artículo 382 a este tema!
Estas previsiones tienen su origen en que Guatemala ya ha tenido experiencias de presidentes que manipulan los períodos constitucionales: Jorge Ubico, Estrada Cabrera, Rufino Barrios, Reyna Barrios, Rafael Carrera. Y aquello no es buena señal. Y en América Latina, hay mandatarios que han manipulado, o están manipulando las constituciones de sus países con aquel propósito: Hugo Chávez, Cristina Fernández, Rafael Correa, y Daniel Ortega, por ejemplo. Esas son señales peores.
¿Sabes qué es lo que nos dice la experiencia? Lo dijo G.B. Shaw: Los políticos y los pañales se han de cambiar a menudo…y por los mismos motivos.
Columna publicada por El periódico.
Yo quisiera que no se pudieran reelegir los diputados. Nos haríamos millonarios con venta de pañales para ellos.