Por un lado los diputados -representantes de partídos políticos y por tanto de intereses particulares y de facciones, en vez de ser representantes del pueblo y dignatarios de la nación- están politizando la elección de magistrados del Tribunal Supremo Electoral. Sospecho que la idea es que el Tribunal deje de ser un árbitro y se convierta en un instrumento. Y eso es muy peligroso, sobre todo en el contexto latinoamericano en el que hay una ola evidente de uso de las instituciones para abusar del poder por medios legales. Tal es el caso de Venezuela, Nicaragua, Argentina, Bolivia y Ecuador para mencionar los más notorios. No dejes de observar los casos de Honduras, Costa Rica y El Salvador, para valorar la importancia de una autoridad electoral sana, neutral, independiente, fortalecida y comprometida con la construcción de un sistema republicano.
A aquel peligro súmale otro: Los partidos políticos -representantes de intereses particulares y de facciones- están tratando de pasar una reforma electoral a su medida. No una que fortalezca los partidos como intermediarios entre mandantes y mandatarios; no una que facilite que los ciudadanos puedan fiscalizar a las organizaciones políticas; no una que las obligue a demostrar que tienen capacidad para elaborar plataformas programáticas y atraer miembros que compartan sus valores. No. Nada de eso. Están tratando de pasar una reforma que les garantice la oscuridad en la que operan y les mantenta aislados de toda fiscalización.
Grupos que defienden la libertad de expresión expresaron su preocupación por las posibles violaciones a la Constitución que podría contener el paquete de reformas a Ley Electoral y de Partidos Políticos, aprobado hace más de cuatro meses por el Congreso y que se encuentra en la Corte de Constitucionalidad para su consulta.
Por ejemplo, el reformado artículo 220 le pone límite a la cantidad de espacios que pueden ser contratados en los medios de comunicación, pero el principal problema no es tanto el límite, sino que también limita a ciertos medios de comunicación y no permite que se pueda colocar pauta en el medio que lo desee el partido político, declaró el Presidente de la Cámara de Medios de Comunicación. Si todos los partidos políticos tienen derecho a media página diaria en los periódicos o 10 spots diarios en televisión o radio, la pregunta es ¿a quién pone primero? No es lo mismo un espacio en una sección premium de mayor lectoría de un periódico o un espacio después de terminar un noticiero. Eso es diferente, cómo se va a seleccionar eso, simplemente es impráctico, indicó.
Haz clic aquí para ver detalles de los artículos peligrosos en el proyecto de ley electoral.
De paso…¿algún lector sabe si ha avanzado la absurda y abusadora idea de que sean prohibidas las encuestas?
Lo cierto es que los políticos están empeorando su relación con los electores y con los tributarios. Es peligroso que esto ocurra porque una clase política inepta, corrupta, aislada del electorado y que medra en la oscuridad es caldo de cultivo para las dictaduras. La gente se cansa de los abusos y pide dictadura. Es peligroso lo que están haciendo los políticos y es más peligroso que nosotros se los permitamos.
La ilustración -que tomé de Facebook- lo pone claro. La gente no distingue entre políticos honestos, y políticos deshonestos. No distingue entre políticos colectivistas y políticos individualistas. Decimos los políticos y todos se van en la misma canasta.
Que más se puede esperar de cualquier producto que sale del congreso de la república? Por supuesto que tiene que ser malo, impráctico y de ninguna transparencia.
Dan miedo todos estos abusos de poder y lo peor es que nos vamos a dejar. Creemos que el problema es entre periodistas y políticos y que eso no nos incumbe. Vamos a llorar después como los venezolanos.