No me canso de ellos. Me los gozo en la Nochebuena y me los gozo durante la bienvenida al Año Nuevo. Son los fuegos artificiales que los chapines queman durante aquellos festejos.
Los de la Nochebuena son más abundantes e impresionantes; y eso se explica porque mientras que esa festividad es un asunto familiar en el que la mayoría de la gente se queda en su casa; la del Año Nuevo es una fiesta en la cual muchos guatemaltecos prefieren salir de la ciudad, o del país. Con menos gente en la ciudad, parece evidente que hay menos fuegos artificiales.
Con todo y todo el espectáculo de luces y colores no decepciona a nadie. La gente se luce con la quema de pólvora que tanto nos gusta por estas latitudes. En realidad no hay Navidad, ni Noche Vieja chapina sin cohetes, ni juegos pirotécnicos.