Dos disparos en cada pie

Los resultados preliminares de las evaluaciones a graduandos de 2013 muestran el fracaso de la educación estatizada y estandarizada: 91.8 por ciento tuvo malos resultados en matemática, y 73.7 por ciento los tuvo en lectura. Es evidente que los jóvenes no están adquiriendo competencias, habilidades y destrezas mínimas. ¡El sistema educativo estatizado y estandarizado está engañando a los chicos y a sus encargados!

No te engañes tú también… la inmensa mayoría de lo que conocemos como educación privada son solo operaciones autorizadas por el sistema estatizado y estandarizado. Operan por permiso, bajo estricta vigilancia y coerción, con escasa libertad para explorar y diseñar contenidos y casi nula libertad para personalizar la educación. De hecho es un sistema igualizador. La innovación disruptiva es tabú en un sistema más diseñado para servir a intereses políticos e ideológicos, que para enseñar a aprender, por ejemplo. Más diseñado para formar observadores y súbditos, que actores y ciudadanos.

La mayoría de chicos que son atendidos por el sistema estatista y estandarizado no solo no saben matemática, ni saben leer; lo cierto es que escasamente salen entrenados para obedecer, para exigir y para integrarse a la corriente. Sospecho que de ese sistema saldrán pocos emprendedores, pocos innovadores y pocos disruptores. Por eso es un suicidio expandir y reforzar el sistema estatista y estandarizado. Para una sociedad que quiere mejorar sus posibilidades de bienestar, el estatismo estandarizador es un disparo en el pie. No… es como dos disparos en cada pie.

En un mundo en el que cualquier muchacho con Internet tiene acceso a posibilidades como la Khan Academy, o Akademeia (ambas en español), para mencionar solo dos de docenas y docenas, el carácter enclenque de la educación estatizada y estandarizada es un mal chiste. Uno que incapacita, paraliza y condena. Es que estamos hablando no de que los jóvenes tengan un mal desempeño en química orgánica, o en literatura del Siglo de Oro español; estamos hablando de que no saben matemática, ni leer. Estamos hablando de suicidio.

Columna publicada en El periódico.

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2 comments

  1. Estimado Luis:
    De los resultados que he visto en el pasado comparando la educación privada/pública en Guatemala, es evidente que la pública adolesce de series deficiencias. Sin embargo, la educación privada sufre de muchos de los mismos problemas que limitan la educación en general (incluyendo el emprendimiento). Considero que esto es mas una cuestión cultural de como la sociedad ve la educación en lugar de una cuestión de como se administra (privado/público). Por lo menos en esta etapa de resolución del problema.

    El riesgo que se corre de utilizar un modelo completamente privado es que esto conlleva una desventaja de inicio para aquellos estudiantes que no tienen los medios para acceder a una buena educación. Por supuesto, habrán algunos que podrán conseguir becas por sus capacidades intelectuales individuales, así como su iniciativa, pero serán una minoría. Para fomentar una sociedad libre, rica y con bienestar se necesita que la mayoría al menos tenga la oportunidad de hacer algo de si mismos.

    Es por esto que la sociedad completa (gobierno, sector privado, sector educativo, etc) debe de hacer que la educación sea una prioridad. Es por eso que no me convence la idea de invertir menos en educación. También es evidente que hay que hacer un mejor uso de los fondos del estado en este ramo, pero reducir los fondos a la educación, sin una respuesta alternativa, no es la solución.

    Finalmente, gracias por traer un tema tan importante a colación.

  2. ¿Funcionaría en Guatemala un sistema liberal como en Estados Unidos? Con materias obligatorias en un 50% del pensum, y el resto, con materias electivas. El estudiante tendría chance de escoger lo que le gusta.