Las organizaciones no gubernamentales han abarcado cada vez más parcelas de poder en países con instituciones frágiles, como Guatemala. Algunas desarrollan un trabajo socialmente útil, pero otras se dedican a actividades más prosáica, aprovechando la falta de controles de los donantes, dice la investigación titulada El poder de las ONG en Guatemala, por Maite Rico y Bertrand de la Grange, publicada por el Real Instituto Elcano.
Las ONG se han convertido, desde hace años, en parte consustancial del paisaje cotidiano de Guatemala, como los volcanes, la delincuencia, o los autobuses multicolores. Mas de 500 organizaciones locales han ido ocupando los territorios desatendidos por un estado débil e inoperante, y pocos de los 12 millones de guatemaltecos no han escuchado los términos “proyecto”, “financiación”, o “desarrollo integral”. La ausencia de fiscalización ha permitido que en ese piélago humanitario florezca la picaresca, y que el rótulo de “ONG” sirva de tapadera paranegocios, corrupción y tráfico de influencias, como han puesto de manifiesto escándalos recientes. Del análisis crítico tampoco salen indemnes las organizaciones de derechos humanos, cuya “lucha contra la impunidad” suele disfrazar intereses políticos ycorporativos. Arropados por la comunidad internacional, estos grupos han conformado un poder paralelo que condiciona las agendas de los gobiernos de turno, explica la investigación que concluye con la siguiente admonición: los donantes tienen la responsabilidad de vigilar y pedir cuentas a unas entidades que se están convirtiendo en un lastre para la consolidación del estado de derecho.
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solicito mas informacion del papel de las ONGS en Guatemala y su participacion en el desarrollo humano local.