Golpe al estado niñera: el caso de las gaseosas grandes en Nueva York

La prohibición de vender gaseosas grandes, emitida por el New York City Board of Health y el alcalde Michael Michael Bloomberg fue anulada.  Los consumidores, en la Gran Manzana, han recuperado la libertad de consumir sus gaseosas en el tamaño que deseen y, ¡por supuesto que el estado niñera apelará!

Como los individuos no tienen el derecho de forzar a otros individuos a actuar según la voluntad del ordenancista y contra la voluntad, o los propios deseos de los segundos, los políticos y sus funcionarios no deberían atribuirse la facultad de hacerlo.  Esto es violatorio de los derechos individuales y del principio de que la libertad y la responsabilidad van de la mano. Principio y derechos que desprecian los fans del estado niñera; y facultad que necesitan para imponerse sobre los demás los fans del estado benefactor.

Desafortunadamente el juez, Milton Tingling, no se basó en los derechos individuales para su fallo; sino en  que sólo la legislatura, y no una agencia del Ejecutivo tiene la facultad de hacer algo como limitar el tamaño de las gaseosas.  Eso sí, el juez indicó que la normativa impugnada era arbitraria y caprichosa.

La adminsitración Bloomberg va a apelar y va a tratar de volver a ejercer la coacción arbitraria para limitar el tamaño de las gaseosas mediante la interferencia en los derechos individuales.  Y al final resulta bien cierto aquello de que el precio de la libertad es su eterna vigilancia.

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