¿Y el negocio de los niños?

Dos enfermeras del hospital nacional de Huehuetenango fueron capturadas y sindicadas de robarse a dos bebés.  Las menores de 9 y 11 meses de edad  fueron enviadas a una casa hogar. Las enfermeras registraron como sus hijas a las dos bebés, de quienes, hasta el momento, se desconoce su origen.   Está por determinarse qué obstetra firmó la constancia de atención de parto que las mujeres presentaron en el Registro Nacional de Personas para obtener la certificación de nacimiento.  Un fiscal dijo que las enfermeras aprovecharon su trabajo para inducir a determinadas personas a que les entreguen a las bebé

¿Sábes qué me llama la atención? Que a pesar de la monopolización y centralización de las adopciones, supuestamente para acabar con el presunto comercio millonario de bebés, ese comercio continúa ocurriendo.  ¿Debería sorprendernos? No.  Estoy suponiedo, claro, que las enfermeras no se robaron a las dos bebés para satisfacer sus propios deseos maternales, y que esas bebés irían a parar a algún otro lado mediante algún tipo de negociación.  Sospecho que si el comercio millonario de bebés existía antes, todavía existe. Sospecho que las redes delincuenciales que involucran enfermeras, obstetras, notarios, jueces, funcionarios y otros, siguen operando.  La monopolización y centralización de las adopciones sólo condenaron al limbo a centenares de niños y sólo fue demonizada la adopción; pero la delincuencia continuó prosperando.  Sería muy extraño que este caso sea un caso aislado, y está por verse si la captura de las enfermeras conduce hacia los peces gordos, o si todo va a quedar en nada; como ocurre con frecuencia lamentable.

La ley inhumana antiadopciones sumió en el agujero frío y negro de la burocracia a centenares de niños que han crecido sin una Navidad en familia; pero todavía es posible comprar bebés.  ¿Quién sabe cuántos casos como el de las dos enfermeras habrá en los hospitales controlados por el estado?  ¿Qué escándalo habría si este robo hubiera ocurrido en un hospital privado?

A los promotores de la ley aquella se les olvidó que el comercio de bebés sólo es posible con la complicidad de jueces, autoridades, políticos y funcionarios…y la cuestión es: ¿cuántos de ellos acompañarán a las enfermeras?

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