El sujeto de la izquierda tiene el poder supremo en las ruinas de Capuchinas, en La Antigua. Y lo ejerce arbitraria y groseramente como corresponde (y como no debería ser).
Ayer estuve de paseo por La Antigua con una amiga argentina que difícilmente volverá a Guatemala. Mi amiga pasó un día fabuloso y el hombrecito de la izquierda fue el pelo en la sopa.
Llegamos a Capuchinas a las 4:50 p.m. y yo sospechaba que cierran a las 5:00. Cuando le pregunté al guardia uniformado a qué hora cierran titubeó un instante y dijo que a las 4:50 y que no podríamos entrar porque sólo tendríamos 10 minutos para visitar el lugar. Mi amiga argumentó que era extranjera, que seguramente no podría volver a Guatemala y que le gustaría echar un vistazo aunque fuera de 10 minutos.
El tipo de la derecha se aproximó y anunció que podría dejarnos entrar 10 minutos y que la entrada costaba Q40. Yo entendí que era Q40 por los dos y -sabiendo que mi amiga disfrutaría de la visita, aunque fuera de sólo 10 minutos- le extendí Q40 al sujeto en cuestión. En ese momento nos lanzó una mirada insolente y dijo: Son Q40 por cada uno, ¿dónde creen que están?
Hasta donde se, la entrada para chapines como yo cuesta Q2 en Capuchinas. ¿La entrada para extranjeros cuesta Q40? Lástima que hubiera sido una tontera darle los Q80 que pedía, porque me hubiera gustado saber si el sinvergüenza ese nos iba a dar boletos.
De cualquier manera, las autoridades responsables de aquellos monumentos deberían tener gente decente en lugares como Capuchinas, deberían tener gente atenta, que tenga un poco de criterio, que pueda ser generosa con una persona que viene desde Buenos Aires y que hubiera estado muy contenta de ver aquel convento durante sólo 10 minutos.
Pequeños prepotentes como el sujeto este deberían estar pidiendo limosna en las calles, y no deberían estropear la fama de atentos y querendones que tenemos los chapines.
Estimado Luis, el precio de la entrada para los guatemaltecos, actualmente es de Q.5.00 y para los extranjeros us$.5.00
En todo el circuito de ruinas que administra el Consejo para la Protección de Antigua, he tenido varios inconvenientes.
En Capuchinas precisamente, justo al momento de entrar un turista le pregunta a otro el precio de la entrada, yo le di la información en inglés. Cuando pasé a la taquilla, me quería cobrar como extranjero, simplemente por dos palabras que dije en inglés y se acentuó mas cuando vio mi identificación y verificó que tengo un apellido extranjero, por mas que vio que en el DPI dice que soy Guatemalteco.
Por el contrario, en Santa Clara, iba con un grupo de amigos extranjeros, en total eramos dos guatemaltecos y cinco extranjeros, me acerco a la ventanilla y al pagar la entrada, me dice que el total es de Q.35.00 a todos nos cobró como nacionales.
Otra vez en La Recolección, íbamos dos guatemaltecos y al entrar no tenían vuelto de Q.20, nos dejó entrar y quedamos que nos cobraría cuando saliéramos. Al salir nos dijo que aún no tenía y que nos fuéramos “sin pena”.
Sin duda, es cuestión “suerte”, no agarrarlos “en sus días de malas”.
Saludos.
Hace poco me ocurrió algo parecido, tuve que realizar un examen en una universidad del país, dicha gestión la realicé por internet. Al entrar al salón 15 minutos antes de la hora programada me informó una señorita, de manera prepotente y a la defensiva, que ya no había lugar porque había que presentarse media hora antes, yo le dije que en el portal donde realice las gestiones no habían dado esa información. Se me ocurrió que la mejor manera de desarmarla de esa prepotencia y esa actitud confrontativa era dandole una respuesta “campechana”, le dije: “ah no se preocupe… me voy a sentar en el suelo donde quepa”, la cara le cambió inmediatamente, a lo que le repuse: “uno viene de la manera mas educada y ud me recibe maleducada y a la defensiva, ¿Cuál es su nombre?” Inmediatamente bajo los hombros y me dijo que iban a abrir otro salón para las personas que estaban esperando ingresar. Lamentable que mucha gente con un poquito de poder se sientan en la necesidad de “ejercerlo” de manera tan maleducada y confrontativa. Saludos.
Eso pasa por darle el poder a personas con poquísima o ninguna educación. Lo lamento por tu amiga, que se llevó una mala impresión y paso un mal momento. Esto es común en todo el país.