Guatemala, ¡que, en serio, es el país de la eterna primavera!, podría ser un éxito turístico; y no lo es. Y eso debería ser inaceptable. Guate está en el corazón de la antigua cultura maya; y cuenta con una inmensa riqueza cultural viviente. Aquí se encuentran Occidente, el Caribe y las culturas precolombinas. ¿Quién no se fascina cuando viene? Con su gente, su comida, sus tradiciones, su música, ¡su cultura!
Aquí hay más de 30 volcanes y tres están activos; como es pequeño, en un rato estas en el mar, en otro en las montañas y al rato en la selva. Unos kilómetros y estás a las puertas de Xibalbá, en cavernas misteriosas. Atitlán es un lago más allá de arrebatador; y embelesan al visitante el Río Dulce y Tikal, para mencionar dos. ¡La Antigua cautiva!
¿Cómo te explicas, entonces, que vengan menos turistas que antes? Hasta agosto, en 2012, vinieron 7.1% menos visitantes que el año pasado. La burocracia que administra el turismo le atribuye el fenómeno a la inseguridad y a que en este año vinieron menos cruceros. Pero, técnicamente, los cruceristas no son turistas porque no duermen en el país; y el otro elemento que hay que especificar es que la inseguridad es la relacionada con la guerra perdida contra las personas que consumen sustancias prohibidas por el gobierno de los Estados Unidos. Tal vez la crisis tenga algo que ver; pero yo quisiera saber si a Copán llegaron menos visitantes que el año pasado; y si a Costa Rica llegaron menos turistas que en 2011.
A aquello súmale que los accesos a Panajachel -el pueblo que tiene la mejor vista de Atitlán y la mejor infraestructura- cuando no están colapsados están al borde del colapso. Añádele que la delincuencia en La Antigua es un problema grave. Ve a Iximché y a Mixco Viejo y no hay infraestructura decente. En las carreteras es peligrosísimo subirse al asfalto. Y cuidadito que te vaya a tocar enfrentarte con bloqueadores de carreteras.
En el fondo la causa de que no venga más turismo a un país que lo tiene todo, ¡Todo!, es la incapacidad absoluta, vergonzosa y gurrumina de años y años de pícaros encargados de la seguridad ciudadana, del mantenimiento de la infraestructura y de la promoción del turismo, sólo para mencionar a algunos. ¡Sólo no! Eso es inaceptable.
La foto es en una morería, en San Juan Sacatepequez.