El sábado la tempestad se lució en el Sur y, como casi todas las noches, hubo fuegos artificiales en el horizonte. Lo cool fue que coincidieron, ofreciéndonos un espectáculo de luces hermoso a quienes tuvimos la dicha de verlo.
Me encantan las tempestades de lejos; y me fascinan de cerca. Eso sí…me fascinan y me asustan. Cuando yo era niño, mi tía abuela, La Mamita, solía hacer cruces con los ramos del Domingo de ramos y según el mito, aquellas eran para protección contra las tempestades. Cada años hacía nuevas, y quemaba las viejas para luego esparcir sus cenizas en el jardín.