Pensamos que todos los ministros deben tener cuentas en Twitter y Facebook, para mejorar los procesos de comunicación, indicó el presidente electo, Otto Pérez Molina; y cuándo Cándido me leyó la noticia no paraba de reirse. Ni siquiera podía seguir comiéndose el bocado de turrón de yemas que se había llevado a la boca.
Mire usté, me dijo, ¿para qué querría, uno ser amigo de un Ministro en “feisbuk”? ¿Para que lo llenen a uno de propaganda? Imagínese usté leyendo twitts a lo “Guebels”? Si uno de esos funcionarios quiere unirse a mi “fanpeich”, pues está bueno; pero que ni se le ocurra pedirme ser amigo en mi página personal.
Sin embargo, le contesté, hay candidatos y funcionarios que sí tienen amigos y seguidores en las redes sociales.
Cándido bajó su taza de café con leche y me dijo: Si…y también tienen gente que vota por ellos; ¡pero yo no soy papo! Y, ¿sabe qué? Yo me atrevo a pensar que esos amigos y seguidores de los funcionarios y candidatos, en realidad son clientela.
