¡Ya es temporada de pitayas!, y en casa hubo pitayas de postre hoy. A las pitayas se las conoce, en el Oriente lejano, como frutas dragón, y en alguna parte de Centroamérica -posiblemente en Honduras- hay una cueva, habitada por murciélagos, de la cual salen ríos de sangre. Sangre que no es otra cosa que los excrementos de aquellos animalitos alimentados con estas frutas maravillosas.
Lo que destaca de las pitayas que conocemos es su color extraordinario; porque, para ser justos, su sabor no es la gran cosa. Eso lo resolvemos en casa añadiéndoles azúcar y un toque de Triple-sec.
[…] año noté que había bastantes pitayas, y pocos mamones…ah, y por cierto, armadillo no comería ni aunque me pagaran porque están […]