Me cayó en mucha gracia este niño que, anoche, tomaba fotos de la procesión de Candelaria con el teléfono de su papá. Encaramado en los hombros de su padre, el niño estuvo tomando fotos con el móvil hasta que botó el aparato; y pensé que, cuando yo era pequeño, ¿por cuánto me daban la cámara de fotos para que la estuviera manipulando, a esa edad?