En la Costa Sur de Guatemala, se acostumbra preparar pan para Judas. La costumbre es que, el miércoles, grupos generalmente de jòvenes van de casa en casa y por las calles con música y pidiendo pan. La gente le da pan a Judas y por unos pesos los jóvenes bailan con el apóstol. También es costumbre que la gente intercambie pan.
El origen de estas costumbres, digo yo, es porque antaño las panaderías cerraban durante la Semana Mayor y, por lo tanto, la gente tenía que hacer su propio pan. Y luego…la necesidad se convirtió en fiesta, como suele suceder. La comida se disfruta más cuando se hace compartida; especialmente cuando se comparte con quienes se les tiene cariño, respeto y admiración.
Pues bien…ayer vinieron doña Lucy y Elsa a hacer pan para Judas en la casa. Mi madre se sumó en la segunda tanda. Estuvo alegrísimo e hicimos (en el mismo sentido que la mosca dice aramos) dos tipos de pan distintos. Uno con abundantes huevos y leche, y vainilla de verdad; y otro diétetico y con esencia de vainilla de la que se usa en los pueblos. Ambos salieron estupendos.
En la Costa, la costumbre es comer el pan remojado en miel de garbanzos, que también preparamos ayer, junto al dulce de garbanzos tradicional de la ciudad de Guatemala.
El año pasado hicimos pan sin la asesoría de las expertas; y aunque el sabor estaba bien, la textura no era la apropiada. Este año el pan salió como debe ser.