Aparentemente, por lo menos dos transportistas y un grupo de mareros están involucrados en el bombazo del 3 de enero pasado -acto terrorista que cobró la vida de 8 personas-. Los transportistas tienen varios tipos de privilegios a costa de los usuarios y de los tributarios. En unos casos gozan de monopolios en las rutas, en otros casos reciben subsidios directos. ¿Ya se dió, usted, cuenta de que parte del subsidio que pagamos los tributarios sirve para que los transportistas les paguen a los mareros y a sus pares que los extorsionan?
Si esto no es una perversión política, ¿qué es? Parafraseando a Michael Walker: Los subsidios no son problemas económicos, son enfermedades políticas.
que mal esto, nos encontramos en un efecto cascada, la violencia, las injusticias… todo afectando a todo, aun asi debemos seguir adelante