Facta non verba: Arzú, el azote de la economía

Creímos que la política debía someterse a la economía y ahora nos damos cuenta de que es al revés; dijo el alcalde y dios del Palacio de la loba, Alvaro Arzú al amenazar que volverá a la política nacional.

Lo que seguramente no recuerda el Jefe Edil es que, durante su presidencia, la economía estuvo tan sometida a sus caprichos políticos, que mantuvo elevadísimas las tasas de interés activas, mismas que anduvieron en un promedio de 19.37%, habiendo llegado hasta 22.4%.  Con ello y políticamente, movilizó el siempre escaso capital de la economía real a la economía de papel y generó una pirámide de inversiones en papeles que, concluyó en la quiebras que afectaron a muchísimos pequeños ahorrantes e inversionistas.

Sin duda no sabe, el Jefe del Ayuntamiento, que la economía tiene que ver directamente con el significado y la relevancia de las acciones humanas; mismas que son cocientes y tienen propósitos.  La economía tiene que ver con los medios que las personas elijen para alcanzar sus fines; mismos que las personas seleccionan de acuerdo con sus juicios de valor.  Si se admite que los fines que persiguen las personas, y los medios que eligen para alcanzar aquellos propósitos tengan que estar sometidos al poder político, tenga usted miedo, tenga mucho miedo.

Si Arzú hiciera realidad eso con lo que está amenazando, en el sentido de que la economía debe estar sometida a la política, no estaría actuando de forma diferente a Los Colom que querían una banca central socialdemócrata para que, precisamente, la economía esté sometida a la política.

Así en broma, la gente cree que Arzú dice aquel tipo de cosas porque es un ignorante enciclopédico como dijo una vez no me acuerdo quién; pero no es así.  Las dice porque es un arrogante; porque se cree el Jorge Ubico del Siglo XXI; y porque puede.  Arzú de verdad cree que él elegiría mejores fines que la gente, y cree que -de plano- los medios que él seleccionaría serían aún mejores.  De eso se trató su Presidencia en 1996-2000 y de eso se trata su gestión municipal.  El cree que es el capitán del barco, el pastor del rebaño, el padre de la patria, el niño en el bautizo y el muerto en el funeral. Querer que la economía esté sometida a la política es querer que el árbitro decida cómo se juega el partido.

Esta entrada fue publicada en el diario Siglo Veintiuno.

Comments

comments

4 comments

  1. Carlos Omar Fajardo Salguero

    Estimado Luis: Aunque el Br. Arzú no es santo de mi devoción, he de concordar en algo: la economía debe estar bajo el control de la política, aunque no el control que muchos creen. El estado debe ser un arbitro, y aunque va en contra de los dogmas que usted profesa, debe aceptar que el capitalismo dejado a su libre albedrío nos ha llevado a la actual crisis económica. Talvéz porque Arzú, al parecer, si conoce de la economía práctica y no sólo de la teórica (como le pasa a muchos libertarians) y ha comprendido que dejar la macroeconomía en manos de empresarios que "no saben de economía" es peligroso. Siguiendo su analogía, lo que pretende Sr. Figueroa es un partido sin arbitro no regla alguna… eso funciona en los libros, pero no en la realidad.Saludos.

  2. Qué bonita la nueva plataforma, Luis!
    Felicitaciones!
    Y del artículo: TOTALMENTE DE ACUERDO!!

  3. Jonathan Boarini

    Es precisamente el Marxismo y la idea de planificación central la que funciona en los libros y no en la realidad! Carlos Omar, le recomiendo que lea lo que dice Hayek acerca de la naturaleza dispersa del conocimiento, y por qué ninguna autoridad central puede tener suficiente para planificar algo tan complejo como una sociedad de individuos. Además, hay que sumar el hecho que lo que usted está promoviendo, tiene forzosamente que involucrar en uso de la fuerza. He allí los argumentos prácticos y morales a favor del libre mercado.

    Acá explica Hayek lo que le trato de transmitir:
    http://www.youtube.com/watch?v=CNbYdbf3EEc

    Saludos.

  4. […] without comments Me encanta la respuesta de José Alejandro Arévalo, exministro y actual diputado de Alvaro Arzú, a mi entrada titulada Arzú el azote de la economía. […]