¿Por qué muere asfixiada la hija de una niña?

El viernes pasado, una niña de 14 años le dijo a su madre que tenía un dolor fuerte de muelas y se metió al baño. Acto seguido, la niña parió y su bebé murió casi en el acto, asfixiada por su cordón umbilical. A mí, historias como esta me dejan triste por horas y horas.

Yo digo que cosas así se podrían evitar si los hijos tuvieran alguna confianza en sus padres. Cosas así se podrían evitar si los padres compartieran con sus hijos -sin prejuicios- información acerca de la vida sexual y de la reproducción. Se podrían evitar si padres e hijos tuvieran opciones como las de dar a sus bebés no deseados en adopción, principalmente si esta se pudiera acordar con anticipación y a cambio de dinero y cuidados para la madre potencial y para el fruto de su vientre en todas sus etapas.
Pero claro, a los padres ignorantes e irresponsables (que son los primeros llamados a educar); se les suman los tartufos que impiden que los maestros informen de la sexualidad y de la reproducción a los estudiantes que, de todos modos, son sexualmente activos voluntaria e involutariamente; y por ultimo, se le suma la ley antiadopciones que pone a las niñas/madres entre la espada y la pared obligándolas al aborto, o al embarazo secreto y sin cuidados.
A mí, historias como esta me dan rabia.

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  1. Luisfi, yo leí en la Prensa que el bebe murió porque la niña lo apuñaló.De cualquier forma, estoy totalmente de acuerdo en que los padres deben ser responsables de hablar sobre estos temas con sus hijos.Muchas personas aún viven en el pasado y piensan que es mejor no hacerlo, pero como dice usted, son sexualmente activos y si no se les advierte de peligros (desde un embarazo, que es lo menos peor, hasta una enfermedad mortal).Le dejo aquí el link del artículo.http://www.prensalibre.com/noticias/justicia/adolescente-bebe-zona_14_0_324567716.html

  2. Para mí es una manifestación más de nuestra miseria cultural, de la ausencia de valores, del materialismo y la indolencia imperantes. Donde prima la injusticia no se valora la vida, ni la propia ni la de los demás. Se trata sólo de acomodarse donde sea, arrebatarle a otro el sustento, como chuchos de la calle, transitando la vida por atajos, anclándose en creencias y rutinas tradicionales que apacigüen el intelecto mientras cada generación mediocre se funde con la anterior y la siguiente. Ciertamente una tragedia, pero una más entre miles que han sido y miles más por ocurrir.