En
Plaza Sésamo había un
monstruo come galletas; y ahora, que hicimos galletas en casa, estoy convertido en ese personaje. Hicimos galletas de mosh y de Cornflakes de acuerdo con la receta tradicional de mi madre y de mi abuela.
En casa de mis padres, para estas fiestas hacíamos varias galletas: las de ley eran estas de mosh y Cornflakes;unas en forma de arbolito, con sabor a almendras; las de chocolate; los gusanitos de almendras, de verdad; y mis favoritas que son de mantequilla de maní con un chocolate chip. Y de ahí, aveces se hacían unas de nueces; otras barras de nueces y dátiles; unas de molasses y unas de cardamomo.
Aunque me gustaba que estuvieran en la mesa de Nochebuena, yo me las gozaba más en los días posteriores cuando veía televisión acompañado por un plato de galletas y un vaso de leche bien, bien, bien fría.
Las galletas navideñas eran guardadas en latas de galletas de soda vacías; pero recuerdo un año en que mi padre llevó unas latas grandes de manteca que un amigo le había regalado.
Recuerdo, también, que a mi madre y a los niños nos llevaba un par de tardes hornear todas las galletas y que las más difíciles eran las de chocolate porque este se derretía en las manos cuando uno hacía las bolitas. Las más delicadas, sin embargo, eran las de mantequilla de maní y chocolate chip porque había que sacarlas a medio hornear y ponerles rápidamente el chip antes de devolverlas para que se terminaran de cocer. Como yo no tengo mucha paciencia, para mí eran difíciles las de arbolito porque me costaba mucho que agarraran forma.
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This entry was posted on domingo, diciembre 27th, 2009 at 10:45 am and is filed under alimentos, costumbres, Navidad, tradiciones.
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