Tamales mañaneros del Año Nuevo

Tanto en la mañana del Año Nuevo, como en la de la Navidad, me ilusiona mucho desayunar un tamal colorado y uno negro; y para mí, la mañana del 1 de enero siempre tiene algo especial. Me gusta sentir el aire frío y fresco. Un aire que siempre imagino limpio, en el entendido de que la mayor parte de gente está dormida -recuperándose de la parranda- y que, por lo tanto, no hay mayor contaminación en el aire. Para mí, es el aire nuevo, del año nuevo.

Como no hay diarios en este día, y como a mí me gusta desayunar leyendo algo, hoy me he topado con los consejos del Año Nuevo, por Benjamin Franklin. Los comparto ahora porque desde que los leí por primera vez, siempre me han gustado mucho. Por supuesto que no estoy seguro de si yo podría practicarlas todas; porque si bien es cierto que ya hace añales que no bebo hasta la ebriedad, muchas veces como más de lo necesario. Y lo de la castidad, vamos, eso ¡ni siquiera debería estar incluido! Y en cuanto a la humildad, me inclino por la de carácter socrático-hayekiano; y no por la cristiana-altruista.

Si tuviera que elegir tres que necesito practicar urgentemente, esas serían: resolución, frugalidad y serenidad.

Las 13 virtudes de Franklin, son:

Templanza: No comas hasta sentirte harto. No bebas hasta la ebriedad.

Silencio. No hables más que aquello que pudiera beneficiar a otros o a ti mismo. Evita las conversaciones triviales.

Orden: Ten un lugar para cada una de tus cosas. Ten un momento para cada parte de tu trabajo.

Resolución: Comprométete a llevar a cabo lo que debes hacer. Haz sin falta lo que te comprometes a llevar a cabo.

Frugalidad: No gastes más que en lo que pueda hacer el bien a otros o a ti mismo. No desperdicies nada.

Trabajo: No pierdas el tiempo. Ocúpate siempre en algo útil. Elimina todo acto innecesario.

Sinceridad: No lastimes a nadie con engaños. Piensa con inocencia y con justicia. Si hablas, hazlo de acuerdo con esto.

Justicia: No perjudiques a nadie, ni haciéndole daño ni omitiendo lo que es tu deber.

Moderación: Evita los extremos. No guardes resentimientos tanto tiempo como puedas creer que lo merecen.

Limpieza: No toleres la falta de limpieza, ni en el cuerpo ni en la ropa ni en la vivienda.

Serenidad: No te dejes alterar por nimiedades, ni por accidentes comunes o inevitables.

Castidad: Recurre al acto sexual rara vez, y esto por motivos de salud o descendencia, pero nunca hasta sentirte harto o débil, y sin que llegues a afectar tu propia paz o reputación o la de otra persona.

Humildad: Imita a Jesús y a Sócrates.

Los tamales, por cierto, son de doña Estela de Alburéz, allá por la entrada a Kaminaljuyú. Su teléfono, es 24740260 y la receta es originaria de San Martín Jilotepeque.

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6 comments

  1. Ben Franklin era un tipo interesantísimo y muy inteligente. Es fascinante que, siendo una persona del pueblo, un aprendíz de tipógrafo, llegara a destacar tanto, lo cual lo hizo buscar las virtudes que mencionas, las cuales las asociaba con ser un “caballero”. Desarrolló un método para practicar las virtudes, con la idea de que la práctica conduciría a la virtud misma. Al final, añadió la humildad, lo cual hizo porque le comentaron que a veces parecía ser arrogante. De la humildad comentaba el Sr. Franklin que, si bien dudaba haberla adquirido como virtud, podía hacer una razonable imitación de ella. Creo que es lo menos a que pudiéramos aspirar de una virtud tan noble.

  2. シbilly Muñoz

    interesante lo de las 13 virtudues, mmm que bueno que te hayas comido tu tamal yo tambien comi hasta demasiado creo yo, saludos

  3. Gracias por la carita con los tamales, el de la derecha se ve buenisimo!!!!Ahora, seguro que eso lo escribio Franklin? me parece raro por que la historia lo evidencia como ateo, cuando menos panteista….aqui hay un par de sus dichos:”I have found Christian dogma unintelligible. Early in life, I absenteed myself from Christian assemblies.””Lighthouses are more helpful then churches.”saludosLFPB

  4. Mmmmm, dos magníficas frases más para admirar a Franklin. Ciertamente que los dogmas cristianos son ininteligibles; y ciertamente que se puede creer en dios, sin ser iglesiero. Incluso se puede admirar ciertos aspectos de la filosofía cristiana, o de Jesús, sin ser cristiano, y -otra vez- sin ser iglesiero. Franklin se refiere claramente a la humildad de Jesús y la pone al lado de la de Sócrates y no se contradice, ni siquiera si fuera ateo porque a Jesús se le puede entender filosófica y humanamente (como una persona humilde), al margen del misticismo que prefiere la mayoría de la gente. Saludos.

  5. que bueno lo de las virtudes, y hablando del desayuno, al final puedo observar los tradicionales frijolitos volteados, esos si nunca faltan!

  6. Luis FIGUEROA

    jeje, ese de atrás es mazapán con chocolate; los frijolitos volteados me los desayuné hoy con huevos fritos a la ranchera.