¡Temporada de anacates!

Estamos en plena temporada de anacates, o chanterelles, que son mis hongos favoritos; y desde que era niño me gustaban su sabor, y particularmente su textura característica que ofrece resistencia. Son como hongos al dente.

Ahora son muy abundantes y se los encuentra en verdulerías, mercados y hasta en las calles; pero a finales de los 80 no eran tan comunes. A casa los llevaba una anciana de San Juan Sacatepequez, encantadoramente empacados en pequeñas canastas de hojas verdes y cada una de esas canastas era un pequeño tesoro. Antes de eso, cuando yo los conocí, eran todavía más escasos y en casa se servía un sólo plato y uno no alcanzaba a comer sino tres o cuatro sombrillitas.

Mi abuela y mis padres los preparaban con mantequilla, cebolla, sal, pimienta, jerez, perejil y maicena, que es como están hechos para los spaghetti de la foto; plato que serví, esta semana, para celebrar la llegada de dos amigos a la ciudad. Aveces, cuando no los sirvo así, uso anacates en crema sal y pimienta para los spaghetti.

También los he probado de dos formas chapinas: en pulique y con frijoles colorados. En ambos casos, la presencia de anacates hace que algo que ya es bueno, aunque común, se eleve a dimensiones epicúreas. En frijoles colorados son tremendos los anacates.

Los anacates vienen y van con la temporada de lluvias, así que se los encuentra entre junio y octubre.

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6 comments

  1. En Jake’s los sirven en crema y con camarones… deliciosos!

  2. De repente nos da la receta, ya que soy amante de los spaghetti… y su plato se ve muy bueno.saludos!

  3. Pues…ahi está “la receta”, lo que no se son cantidades. Se fríe la cebolla en mantequilla y que no se queme, se añaden los anacates, la sal, la pimienta y el perejil. Cuando ya están cocidos se espesan con un maicena y un poco (poco) de agua. Y antes de servir se añade el jeréz. Saludos. Esa es la salsa para los spaghetti.

  4. Gracias, anotado!

  5. cuando tiempo de cocción llevan los anacates

  6. Poquísimo, mcarmen. Deben quedar “crunchy”. Yo los pongo a fuego bien lento, dejo que suelten sus jugos y los pruebo constantemente. En cuanto siento que ya están empezando a cocerse les apago el fuego y dejo que se terminen de cocer con lo que queda de calor. Lamentablemente nunca he tomado el tiempo, pero es poco.