El pequeño botón de mi flor de Perdidos en el espacio está creciendo. Ya se ve más inflado.
Mi Stepelia gigantea crecerá más y yo disfruto de ver cómo va inflándose y poniéndose amenazadora.
La pobre no es bella; pero es extraña. Lejos de tener el aroma de las rosas, de los nardos, o de las gardenias, esta criatura despide un olor que, bueno, sólo puede gustarle a las moscas.
Con todo y todo cada año espero ver su floración porque me maravilla el grado de especialización que alcanzan las especies a lo largo de los millones y millones de años de la evolución.
Esa es la razón por la cual cultivé orquídeas durante algunos años. Ahora sólo tengo un par de cactos y un par de suculentas porque son mucho más fáciles de cuidar.