Dejad que los niños se acerquen a el…¡o mejor no!

Ahora que se celebraron elecciones en Cuba circularon muchas fotos que muestran niños al lado de las urnas.

De lo que me acordé, cuando vi esas imágenes, es de cómo las dictaduras y los sinvergüenzas no dudan en hacer uso de niños para alcanzar sus objetivos perversos y para aparentear inocencia. Recordé que, en El otoño del patriarca, de Gabriel García Márquez, hay una historia de cómo el tirano se ganaba la lotería mediante el uso de bolitas frías en las tómbolas, y de niños que habían sido instruidos para que sacaran aquellas bolitas.

Me acordé que que aquí, en Guatemala, el escándalo en la Lotería Nacional también involucraba a niños que eran utilizados para el fraude.

El domingo, durante una conversación, hice alusión al daño que la monopolización y la centralización le iba a hacer a las adopciones en Guatemala, y a los niños que dependían de ellas para salir de los hospicios y encontrar hogares. Una persona que ya me había comentado que soy “muy injusto” con la administración Colom, opinó que quizás la adopción debería estar todavía más regulada, de modo que el estado criara a los niños huérfanos y abandonados y que “de ahí salieran los policías, el ejército y los bomberos”.

Vea usted, ¡que nivel de retorcidas pueden ser las cosas!

La foto la tomé de The Cuba Diet

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