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Dic 23

De Balam a Baco, un paseo alegre por el zoológico

 

Con lo que a mi me gusta ir a ver a los animales y al zoológico, ¿vas a creer que no iba a La Aurora desde 2014? 

El jaguar se paseaba y daba la impresión de que estaba inquieto.

Por suerte a mis compañeras Majito, Clarita, Raquel y Ardriana se les ocurrió que fuéramos el viernes pasado, con Raúl.

Me emboban los grandes felinos como jaguares, tigres de bengala, leones y panteras.  Me encanta saludar a Balam y cuando veo a la pantera me acuerdo de la peli Cat People, con Malcolm McDowell y Natasia Kinsky. Las jirafas siempre me parecen encantadoras y un poco surrealistas.  No me imagino una visita al zoológico sin pasar a saludar a Trompita, la elefanta…y cuando estoy frente a ella recuerdo algo que cantaba mi abuela, Frances: Toda ele es letra, toda ele es letra, mas la elefanta, No. Me emboba, también el reino kan, que es el de las culebras.  

¡Me encanta la pantera!

Por supuesto que me parecen graciosos los pingüinos y los micos; y frente al espacio de los monos araña siempre recuerdo a Panchito, un mono que llevó mi padre ca. 1975 y que disfrutamos unas semanas en casa antes de que lo regaláramos porque en realidad no teníamos la infraestructura para cuidarlo apropiadamente.

Trompita es la sucesora de la Mocosita.

Me encanta pasar por la Casa de te; y pasar a saludar a Baco, reclinado en su barril con copa en mano. 

Baco frente a la casa de té.

Con las chicas la pasamos re bien, entre risa y risa y entre broma y broma; y me encantó que en el lugar había muchísimas familias.

De niño recuerdo haber ido al zoológico La Aurora con mi abuelita Juanita y mi tía abuela, La Mamita.  En aquel entonces (finales de los años 60)  el zoo era como eran los zoos antes.  Con jaulas.  Muy diferente a los recintos ambientados que hay ahora.  Ya hace por lo menos 30 años que La Aurora empezó a adquirir su carácter actual gracias a una buena administración y a patrocinadores generosos.

@luisficarpediem

Visita al Zoo con el equipo #zoo #animales #luisfi61 #excursion #visitaguatemala

♬ If You Believe – Strive to Be & Patch Crowe

¿Hubo pelo en la sopa? No…pero…

Al pasar el acueducto de Pinula, justo a la entrada del zoo nos encontramos con unos personajes que vestían chalecos anaranjados.  Uno de ellos -muy amable- (demasiado amable, notamos después) nos dijo que el parqueo estaba lleno debido a que había un convivio.  Como es temporada de convivios nos pareció que ¿qué no? y, además, yo no sabía que hay nuevos estacionamientos en el lugar.  La cosa es el sujeto nos ofreció parqueo más adelante, se encaramó en mi pick-up (lo cual nos cayó en gracia a todos) y nos condujo a un callejón que hay poco más adelante.

A mi me dio mala espina que fuera un callejón, y no un parqueo.  Además en casa tenemos la regla de no dejar el auto en la calle. Así que empecé a sentirme incómodo. Nos bajamos del carro y el personaje nos dijo que se pagaba por adelantado Q. 35 por hora y Q100 por tiempo indefinido.  Eso me dio pie para rechazar su oferta y considerar ir a dar una vuelta larga para tratar de entrar al estacionamiento del La Aurora.

Ahí va el sinvergüenza colgado en el auto.

Entonces el hombre ofreció bajar el precio del tiempo indefinido a Q50 pero ya nos habíamos echo ojos con el equipo y habíamos decidido no dejar el pick-up ahí. El hombre se mosqueó un poco y nos fuimos. ¡Quién sabe de la que nos libramos!

Ah, y se me olvidaba

Por primera vez recibí tarifa de la adulto mayor.  En vez de pagar la tarifa normal por entrar al zoo, que es de Q40 pagué la de mayores de 60 años.  

Ya había recibido tratamiento de la tercera edad cuando renové mi licencia de conducir y mi DPI.  Pero fue chistoso aprovechar esta ventaja. 


25
Jun 14

Visita al zoológico La aurora

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Quienes visitan este espacio con frecuencia saben que una de las cosas que más me gusta hacer es mostrarles la vida en la ciudad de Guatemala a visitantes extranjeros.  El paseo suele comenzar en lo que queda del antiguo Fuerte de San José, en el Centro Cultural Miguel Angel Asturias porque desde ahí hay una vista buenísima del Centro Histórico y del Centro Cívico, porque se puede ver el contraste entre la parte vieja de la ciudad y la parte nueva y porque se ven los volcanes.  Además el lugar es hermoso.

Luego paseamos por la Sexta Avenida del Centro Histórico, entramos al Pasaje Rubio, y llegamos a la Plaza de la Constitución. Todo aquello acompañado por anécdotas e historias.  Niños y adultos gozan dándoles de comer a las palomas (aunque sean las ratas del aire) y gozan con los merolicos del lugar.

Me encanta llevar a la gente al Mercado Central para comer tortitas de yuca y otras delicias donde doña Mela -y donde Carmen siempre nos recibe cariñosamente- y me encanta mostrarles a los visitantes las frutas y verduras que no conocen en sus lugares de origen, así como los dulces típicos.

Algunos aventureros quieren conocer cosas más audaces: una vez unos muchachos querían ver criadillas; y  otra vez llevé a una pareja a un supermercado, porque querían ver qué productos hay y qué compra la gente.  Más de un grupo ha querido ver La limonada y la semana pasada llevé a una familia al basurero de la zona 3.  No pudimos entrar; pero tuvieron una idea.

Con esta misma familia fui al zoológico La aurora ayer, martes.  Como siempre fue una experiencia muy agradable ya que le zoo está bien cuidado y los animales se ven sanos.  ¡Conocí a los pingüinos!  Los niños, Liza y Will, se divirtieron mucho y yo agradezco mucho que hayan tenido el detalle de enviarme un dibujo de agradecimiento por el paseo.

Yo siempre gozo con la majestuosidad de los grandes felinos como el jaguar, el tigre, el león y el puma.  El elefante, que estaba escondido, salió para dar un breve paseo.  Vi una ranita azul que me dejó impresionado y que no pude fotografiar bien.  Los osos, con sus patas pegadas a la pared fría para refrescarse, me recordaron que mi tía Michelle, me enseñó a bajar los pies y ponerlos en el suelo para refrescarme en las noches calientes de marzo y abril.  La pitón, la zumbadora, y otras culebras siempre me dejan pasmado.  Los hipopótamos, en su enormidad, me parecieron muy graciosos.

A pesar de que era martes, el lugar estaba lleno de familias y de niños de escuelas.  ¡Hubo una pequeña cola para entrar!  Si no has ido al zoo, ahí te encargo.  Es un buen paseo para ir en familia, e incluso para ir sólo un día de esos en que necesites estar contigo mismo y pensar en un lugar agradable.