Sus Majestades don Juan Carlos y doña Sofía vinieron cuales Reyes Magos. Trajeron 54 millones de Euros y la habitual variedad de ofrecimientos de intercambios, capacitaciones, controles y condecoraciones. En la vieja tradición de que “el que no llora no mama”, la administración Berger les pidió a los monarcas asesoría para una pre-CICIG.
Aunque los reyes españoles no vieron los volcanes al aterrizar, me imagino que se van contentos. Pero el que ha de estar “feliz, como una lombriz”, es el dios del Palacio de la Loba siendo que uno de sus pares lo llegó a visitar, le dio un abrazo y le dijo: Querido amigo.