Este hecho se suma, en cuanto a impacto social, al asesinato del bebé Anthony Josué y al tiquis miquis de Gladys Monterroso, esposa del Procurador de los Derechos Humanos, ¡en condiciones que urge aclarar, bien, bien! Curiosamente, la administración socialdemócrata, que no se manifestó públicamente en el casó de Anthony Josué, hoy publicó una esquela por el periodista Santiz. Me parece que vale la pena hacer notar cómo es que la administración reacciona cuando el asesinado se trata de un distinguido miembro de un grupo importante de influencia; y como no dice esta boca es mía, cuando se trata de un pequeño guatemalteco sin conectes.
Yo lamento mucho el asesinato de Santiz porque es una víctima más de la impunidad y porque es otra mala señal. Ya sabemos, porque lo vemos en las noticias, en qué contextos es que ocurren asesinatos de periodistas en otras sociedades.