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Jun 09

¿Por qué es que Rosenberg sí, y otros casos no?

Maliciosamente, de cuando en cuando se deja oir la queja de que por qué es que se le pone más atención al caso del asesinato de Rodrigo Rosenberg, que a otras docenas de asesinatos que ocurren a diario en Guatemala.  

Con malicia, esa pregunta pretende hacer creer que hay muertos que importan más que otros; pretende hacer creer que no todos los muertos son iguales.  Y esa percepción la alimentan los que hacen campaña para que parezca que eso que les gusta llamar la lucha de clases, alcanza a las víctimas de la delincuencia.  De hecho, entre algunos, hasta se maneja el concepto de asesinatos de alto impacto, como si el asesinato de cualquier persona no tuviera un alto impacto en la víctima, en sus familiares, en sus amigos y en sus colegas.  
Lo cierto, sin embargo, es que el asesinato de Rosenberg –qua acto delictivo- tiene elementos particulares que deben hacernos prestar atención y reflexionar.  ¿Por qué Rosenberg sí, y otras docenas no? ¿Por qué Rosenberg sí, y los Musa, no? ¿Por qué Rosenberg sí, y Ernesto de la Vega no?
Primero: Rosenberg dejó un vídeo en el que acusa con pelos y señales a los que él cree que podrían ser responables de su asesinato.  
Segundo: No es lo mismo cuando a alguien lo asesinan delincuentes comunes, que cuando existe la posibilidad de que la víctima haya sido asesinada por quienes, por mandato constitucional, están llamados a hacer que se cumplan las leyes y a velar por la seguridad y la justicia para todos.
Los delitos supuestamente cometidos por personas que están en el ejercicio del poder; y por razones relacionadas con ese ejercicio y con los negocios que se derivan del mismo, son de una naturaleza especialmente perversa.  Por eso es que ese tipo de crímenes inspiran informes como Guatemala, nunca más para la Recuperación de la Memoria Histórica que -con todo y sus defectos metodológicos y sus defectos de cualquiera otra naturaleza- subrayan el carácter especial que tienen los crímenes cometidos por el poder, para el poder, o desde el poder.
El asesinato de Rodrigo Rosenberg destaca porque sus denuncias claman por una investigación profunda y transparente.  Destaca porque puso en evidencia -como hacía falta, para sacar al muchos de la negación- que algo está podrido en Dinamarca.