Armando Valladares es un escritor cubano que trascendió a la escena pública internacional como prisiononero político y de conciencia del régimen cubano. Fue encarcelado en 1960, a los 23 años de edad, y pasó 22 años en prisión. Valladares fue torturado y sometido a palizas, a trabajos forzados, a experimentos psicológicos y biológicos, y a aislamiento. Fue confinado en una celda sin luz natural, ni artificial.
Gracias al cuate Thor Halvorsen, de la Human Rights Foundation, tuve el gusto de saludar y platicar con Valladares el 5 de junio pasado, cuando visitó el Coloquio sobre la Escuela Austríaca de Economía, en el cual yo estaba participando.
Recuerdo muy bien cuando Valladares fue liberado allá por 1982. En aquel tiempo, ¡como ahora!, el relato de sus 22 años encerrado y torturado por Los Castro me eriza los pelos y me conmueve. Valladares es un héroe de la libertad y un símbolo de fortaleza y de dignidad para todos aquellos que amamos la libertad y odiamos la tiranía.
En sus 22 años de prisión sólo recibió 13 visitas; y en 1963, cuando le fue asignado un uniforme propio de los delincuentes comunes, lo rechazó y prefirió quedarse desnudo. Por rehusarse a participar en programas de rehabilitación política e le mantuvo por 46 días sin alimentos. Pasó 5 años en una silla de ruedas.
Sus memorias, están recogidas en un best seller internacional titulado Contra toda esperanza. Su esposa, Martha, lideró una campaña internacional para su liberación, misma que fue apoyada por personalidades como Carlos Alberto Montaner y el entonces presidente francés Francois Mitterrand. El Pen Club de Francia le otorgó el Premio Libertad, que sólo reciben escritores presos.