A Alessio Bax le vuelan las manos, y cuando toca en un piano Bösendorfer, con más teclas que otros pianos, su maestría se luce al máximo.
La semana pasada tuve la dicha de asistir al concierto que ofreció durante el Festival Bravissimo de la Organización para las Artes Francisco Marroquín. Y no dudo, ahora, por qué es que es considerado como uno de los mejores pianistas del mundo.
Su interpretación de La apassionata, de Beethoven; y la de los preludios de Rachmaninoff, fueron exquisitas.
La foto es por Gustavo Castillo.