Que el bien y la luz pueden derrotar al mal y a la oscuridad; que la justicia es un valor alcanzable y que lo bello representa un compromiso con lo que es correcto, son algo de lo que te cuenta San Miguel cuando entras a la Catedral de la ciudad de Guatemala y lo ves con sus alas magníficas desplegadas y su mirada serena.
Con su rostro ligeramente enrojecido y los nudillos lastimados después de una dura batalla contra la maldad, aquel personaje tiene un mensaje poderoso en nuestros tiempos.
El óleo monumental es de Christian Escobar, artista conocido como Chrispapita; y está a la vista de todos, hasta enero próximo, gracias a sus mecenas.
Cuando vayas a verlo, y porque el arte materializa tu sentido de vida, deja que esa obra te hable. Un sentido de la vida es el resultado de integraciones formadas por la elecciones y las emociones que experimentamos; y nos produce reacciones inmediatas frente lo que nos rodea. Es difícil entender el sentido de la vida de los demás y el propio pero el arte facilita mucho esa tarea.
El arte -en cualquiera de sus expresiones- no juega un papel utilitario; pero juega un papel muy importante cuando nos hablan. Cuadros como el que te invito a ir a visitar llenan nuestra necesidad de entender el mundo y la necesidad de entender la suma de nuestra visión fundamental de la vida en términos concretos. Son la concretización de la metafísica, la objetivización de las abstracciones metafísicas. Reproducen objetos, o seres con enfoques particulares y no son cualquier tipo de reproducción.
Necesitamos ver nuestras abstracciones fundamentales de una forma concreta y perceptual. El arte está basado en el hecho de que no podemos andar por ahí sólo con abstracciones. Necesitamos, también, combustible espiritual, y algo de motivación. El arte puede inspirarnos, y nos recuerda que el mundo no es sólo lo que experimentamos a diario; sino que es acerca de vivir, y de enfocarse en lo que es importante.
Gracias a Chrispapita por esta obra de arte, y a sus mecenas por compartirla.