El 4 de junio de 1993 yo estaba en las oficinas del Ministerio de la Defensa en el Palacio Nacional cuando Gustavo Espina salió por una puerta y pasó despidiéndose de algunos de los que estábamos en el lugar, luego de que la Corte de Constitucionalidad, reunida ahí, le dijera que no podía ser Presidente. ¿En qué contexto? En el del golpe de estado que organizó el presidente Jorge Serrano, conocido como El Serranazo.
¿Por qué estaba yo ahí? Por pura casualidad. Entonces yo dirigia la Oficina de Información del Sector Empresarial; y la Instancia Nacional de Consenso se reunía en el Edificio de la Cámara de Industria. Cuando se supo lo que estaba pasando en el Palacio varios miembros distinguidos de aquella cámara se dirigieron a la sede del ejecutivo y, shute que es uno, acepté cuando me invitaron a acompañarlos.
Entramos por la parte de atrás del Palacio y nos condujeron a las oficinas del Ministerio de la Defensa. Luego de que se consumó el retiro de Gustavo Espina, me dirigí al Salón de Recepciones de la sede del Ejecutivo en donde un grupo de lo más variopinto de ciudadanos se tomó una fotografía célebre. Pude haber subido para la foto, pero lo que me detuvo fue que dos personas a las que les tengo mucho aprecio no se unieron al grupo. Pensé que si ellos no lo hacían, sería por algo y me quedé abajo.
Cuento esto porque fue emocionante. Además mucho se discute acerca de que lo que hizo la Corte de Constitucionalidad fue darle una salida política a la situación; pero que fue una movida inconstitucional. ¿Con qué propósito? Con el de que fuera investido Ramiro De León Carpio.
Si te interesa conocer más sobre el Serranazo, el golpe de estado que le dio origen a aquellos eventos, te recomiendo el libro Imponiendo la democracia: las élites guatemaltecas y el fin del conflicto armado, por mi amiga Rachel McCleary. Cuesta conseguirlo en español, pero en inglés lo encuentras en Amazon.
Gustavo Espina falleció el 23 de octubre del 2024.