La respuesta corta a la pregunta de si los derechos se excluyen unos a otros es ¡No! Si dos pretensiones se excluyen una a la otra, por lo menos una de ellas no es un derecho. ¿Me explico?
El derecho de manifestación o de protesta es una forma de materializar el derecho a la libre expresión y la libre circulación es una forma de concretizar la libertad en términos de poder uno desplazarse sin tener que enfrentar coacción arbitraria, o sea de acuerdo con su mejor juicio. Si alguien pretende manifestar mediante el bloqueo de las vías de circulación, esa persona viola el principio de no agresión porque da inicio al uso de la amenaza de la coacción arbitraria sobre quienes no podrán circular libremente. La pretensión de impedir la libre locomoción no es un derecho porque viola derechos ajenos.
Una de las características de los derechos es que su ejercicio no viola derechos ajenos. Si una pretensión viola derechos ajenos, es imposible que pueda ser clasificada como derecho porque los derechos son acuerdos morales que nos permiten actuar sin la interferencia, coerción, o compulsión arbitrarias por parte de otros al perseguir nuestros valores, de acuerdo con nuestro mejor juicio. Un derecho es una facultad que es buena para hacer lo que es correcto para conseguir valores (Valores éticos, se entiende). En inglés es más fácil ver la coincidencia conceptual: It is a right, that which is right. Es un derecho aquello que es correcto; e iniciar la violencia, o las amenazas de uso de la violencia, ¿es correcto? No.
El bloqueo es, sin lugar a dudas, una forma de impedir que las personas persigan sus valores de acuerdo con su mejor juicio. Te impide llegar a tu trabajo, te impide llevar tus mercancías, y te impide llegar a clases, por ejemplo. El bloqueo es amenaza del uso de la fuerza, cuando no es el mismísimo uso de la fuerza.
De ahí que aunque la facultad de manifestar o a protestar es un derecho (porque es una forma de materializar la libertad de expresión), la facultad de bloquear no es un derecho, ni puede serlo y es inmoral fingir que lo es.
Por eso es que suele decirse que mis derechos terminan donde comienzan los tuyos. Mi derecho a manifestar o protestar, de ninguna manera puede interferir con tu derecho a ir a trabajar, llevar tu mercadería, o ir a clases sin tener que enfrentar coerción, o amenazas de coerción.
Los derechos son, precisamente, acuerdos morales cuya adopción generalmente aceptada nos permite la cooperación social pacífica; es decir, nos permite tener relaciones sociales en las que la violencia y la fuerza están excluidas.
La libertad, por cierto, no es un concepto vacío, ni etéreo. Siempre, siempre se refiere a relaciones entre personas; y siempre, siempre, se refiere a acciones. Eres libre cuando puedes actuar de acuerdo con tu mejor juicio racional, sin estar a merced de la voluntad arbitraria de otra persona, u otras personas. Los bloqueos, por cierto, son la materialización de la voluntad arbitraria de impedir la libertad de locomoción para conseguir objetivos específicos y particulares de los individuos que bloquean.
¿Ves? No hay forma posible de que la posibilidad de bloquear esté incluida en la libertad de manifestación o de protesta; y, definitivamente, el bloqueo es amenaza de violencia contra quienes solo quieren ejercer su libertad de circulación en paz. Los derechos no se imponen unos sobre otros. Si una pretensión se impone…no es un derecho.