Peligrosas “soluciones” para el tráfico

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El peor peligro que acarrea la intensificación del tráfico en la ciudad de Guatemala (o en cualquiera otra población) es el descontento; porque la gente descontenta clama porque los políticos hagan algo para solucionar el problema de forma política.  Los políticos sienten la presión y se ven en la necesidad de hacer algo, para que no se diga que hacen nada.  Y, ¿qué es lo que suelen hacer los políticos (o sea los que tienen el poder) cuando quieren solucionar algo? Prohiben, o fuerzan.

Ayer, por ejemplo, el alcalde Alvaro Arzú, de la ciudad capital, les echó la culpa de gran parte del congestionamiento vehicular a los padres de familia que llevan a sus hijos a los colegios en automóvil.  Según el dios del Palacio de la loba, todos los padres deberían mandar a sus hijos en buses escolares y sugirió que los colegios cambien horarios.  También dijo que la gente no debería venir sóla en sus vehículos cuando viene de otros municipios.  A nivel de sugrencia está bien, ya que es una como cualquiera; pero de ahí a señalar como casi una inmoralidad que la gente no viaja acompañada, o que la gente prefiera llevar a sus hijos al colegio, sólo hay un paso.  Y de ahí a forzar que la gente viaje acompañada, o forzar que sean usados los buses escolares, sólo hay dos pasos.

Ese constructivismo racionalista -que ha de creer que gobernar es como jugar Minecraft–  impulsa a resolver los problemas desde arriba, a base de legislación, mediante prohibiciones o mediante obligaciones, es peligrosa.  No sólo porque es violatoria de la libertad y de la propiedad, sino porque elude soluciones de fondo que respeten a las personas.  La tentación de manejar las vidas de otros, mediante recursos políticos y legislativos, es una tentación que no debemos poner al alcance de los políticos. Las supuestas soluciones no deben ser pan con lo mismo.

De vuelta al tráfico, hace unos años desayuné y compartí un taxi con Gabriel Roth, editor de Street Smart, una obra fundamental para entender el transporte como elemento crucial para el bienestar económico y social. La obra de Gabriel sostiene que muchos de los problemas que hay en calles y carreteras –a causa del congestionamiento, altos costos, corrupción y mal mantenimiento, por citar algunos– pueden ser solucionados mediante la aplicación de los mismos principios que mejoraron significativamente los servicios de telecomunicaciones. Y como los chapines tenemos tan buena experiencia con las telecomunicaciones, es oportuno ponerle atención a las sugerencias de Gabriel, antes de que a alguien se le ocurra hacer lo mismo de siempre y esperar resultados distintos.

Los métodos electrónicos de cobro permiten el uso pagado de calles y carreteras, sin necesidad de cabinas y sin que los vehículos tengan que detenerse. ¿Por qué no aprovecharlos para aliviar los congestionamientos, como en Singapur? Quizás, en vez de pedirles a los padres que cambien sus horarios, o que manden a sus hijos en bus, u obligarlos a hacerlo, lo razonable sea que el uso de las calles y carreteras tenga distintos precios. Un precio para circular a las 8:00 y uno menor para circular a las 8:30, y menor por circular a las 5:00, por ejemplo. De esa forma, el uso de la calle, o carretera tendría un costo que los usuarios podrían comparar con otros costos mediante un precio.

Calles y carreteras normalmente son citadas como ejemplos de bienes públicos que solo deberían ser provistos por los políticos y sus funcionarios; pero esto es falso. En los siglos XVIII y XIX miles de carreteras eran privadas y actualmente, en EE.UU., Canadá, el Reino Unido y Suecia, las carreteras privadas están de vuelta con mejor desempeño, costos bajos, mejor información, competencia y sin interferencia política.

Esta semana una funcionaria de Tu Muni me invitó a no sólo criticar, sino a aportar con ideas y propuestas (como si este blog no estuviera lleno de ideas y propuestas).  Pues bien…aquí va otra: las de Street Smart son soluciones que respetan la vida, la libertad y la propiedad de la gente; ¿qué tal si optamos por estas y no por soluciones que implican el uso arbitrario de la fuerza?

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