Esta es la historia de Henry Rivera que nació sordo y -por primera vez en sus siete años de vida- acaba de escuchar la voz de sus padres. No fue un milagro. Esto es lo que hacen los geeks y la ciencia.
Gracias al cuate Craig Biddle, editor de The Objectivist Standard, por la pista.
Qué historia tan linda. Es increible lo que estas personas hacen por nosotros tan desinteresadamente. Yo he acompañado a algunos grupos de médicos como intérprete (voluntaria) y me quedo impresionada de todo lo que dan y de su amor y dedicación. Ellos pagan sus pasajes, su hotel y donan su tiempo de vacaciones para venir a ayudar. Igualito a nuestros gobernantes.
Si por casualidad estas almas generosas son “gringos”, vienen al país a hacer el bien, sin embargo, nuestros paisanos en el interior y en barrios de la capital pintan consignas en contra de ellos, sin tan solo saber o reconocer el bien que hacen aquí.