Las tragedias que involucran autobuses del transporte colectivo extraurbano a causa de alta velocidad, sobrecargo de pasajeros, malos frenos e irresponsabilidad son muy dolorosas. Baste recordar la de Los pirineos, el 15 de enero de 2013; la de Chimaltenango, el 9 de diciembre de 2012, la de San Marcos, el 18 de enero de 2011 y las de Tecpán y la vuelta del chilero en 2008. A estas súmales los accidentes menores por esas mismas causas. Se estima que los accidentes en carreteras se incrementaron en un 30% en los primeros siete meses de este año.
¿Quiénes son responsables? En primer lugar los pilotos, sin lugar a dudas. Ellos son la primera línea de responsabilidad. Luego los propietarios de los buses solidariamente con los pilotos. Los pilotos y los propietarios deberían garantizar el buen estado de las unidades. Los pilotos deberían conducir con responsabilidad; y los propietarios deberían garantizar la idoneidad de los pilots. La siguiente línea de responsabilidad es la de los usuarios. Los usuarios no deberían subirse a unidades que tienen las llantas lisas, ni a las unidades que van sobrecargadas, ni a las que no tienen seguro. Con ello no se arriesgarían y pondrían en aprietos financieros a los propietarios. Los usuarios deberían bajarse de las unidades que son conducidas irresponsablemente (sobrecargadas, a altas velocidades, o bajo la influencia de susancias) y deberían denunciarlos a las autoridades. ¿Y la cuarta línea? Estos son los políticos y sus funcionarios encargados de la regulación del transporte colectivo: La dirección general correspondiente, las policías municipales y Provial; en primer lugar por engañar a los usuarios y hacerlos creer que velan por su seguridad, luego por proteger los monopolios de las líneas de transporte, luego por incumplimiento de deberes, por ejemplo. Muchos usuarios del transporte colectivo abdican a su responsabilidad de protegerse a sí mismos porque suponen -y suponen muy mal- que hay funcionarios velando por ellos.
En el caso de Transportes Sanmartineca el piloto ya pagó con su vida; y lo mismo hicieron los adultos que fallecieron y resultaron heridos. Los menores que iban en la camioneta son víctimas. Falta que los propietarios y los políticos y funcionarios enfrenten las consecuencias de sus actos, y de sus omisiones. No es cierto que, como dijo alguien en la televisión esta mañana, el asunto del transporte colectivo sea un problema de todos, ni de estado. Las responsabilidades están bien definidas.
¿Qué pueden hacer los usuarios (que se llevan la peor parte) para evitar que más accidentes como este sucedan en el futuro? Primero no usar las unidades que sean evidentemente peligrosas: las que tienen llantas lisas, o las que han sido alteradas de modo que la parte de enfrente del bus está más elevada que la parte de atrás (¿será posible que las PMT y Provial no noten este fenómeno en las carreteras? Yo digo que no es posible. Y digo que esas unidades circulan como consecuencia de incumplimiento de deberes y/o de corrupción). La segunda cosa que pueden hacer es bajarse de las unidades que son conducidas de forma irresponsable. ¿Sábes qué sería genial? Un boicot al estilo Rosa Parks. Que la gente no usara los buses extraurbanos en mal estado y con conductores irresponsables. En este caso las autoridades estarían moralmente obligadas a romper los monopolios de transporte y a garantizar que la gente pudiera utilizar otros medios alternativos. Esta es la solución de fondo, que no haya monopolios protegidos.
El autobus de la foto ha sido modificado, de modo que la parte de adelante está más elevada que la de atrás. Si eso altera la física del balance del vehículo…¿es seguro?
La impunidad no debe continuar.
“¿Sábes qué sería genial? Un boicot al estilo Rosa Parks. Que la gente no usara los buses extraurbanos en mal estado y con conductores irresponsables. En este caso las autoridades estarían moralmente obligadas a romper los monopolios de transporte y a garantizar que la gente pudiera utilizar otros medios alternativos.”
Sí, sería genail.
LuisFi,
En el interior del país se ven a jovencitos de 15 años o a veces menos, manejando los buses porque los pilotos están ebrios. Todo esto pasa con la complicidad de policías, agentes de provial, alcaldes, y otras personas.
Esta corrupción debe parar ya. Gente ha muerto y más gente puede morir si no se arregla esta situación.