No iba a escribir sobre la película Cónclave porque me aburrí como ostra viuda. Por poco y me quedo dormido en el cine mientras la veía el sábado pasado.
Me animo a escribir ahora porque, cuando la comentamos en la oficina y expliqué los motivos por los que no me había gustado, un colega me dijo: No metas la ideología; y me picó. ¿En serio? Esa película quiere ser un thriller político… es decir que trata sobre cómo conservar el poder y no perderlo frente a los que piensan distinto, ¿cómo no va a haber ideología involucrada? Además es sobre la corrupción que suele acarrear la lucha por el poder.
Quienes gustan de la peli suelen decir que es porque muestra entresijos de cómo es elegido un papa. Pero aquellos detalles suelen ser explicados y explicados en medios cada vez que es sustituido un soberano del Estado del Vaticano. Y, aunque es cierto que tiene su gracia ver una peli sobre aquel proceso, ¿era necesario acudir a una trama tan cansona con tanto presupuesto?
Digo… Cónclave tiene dos momentos emocionantes: uno involucra un sonido fuerte, y otro es la participación de la hermana Agnes (Isabella Rossellini) como superiora de las monjas a la hora de exponer una conspiración. En cuanto al graaaaaan misterio de la peli, el cardenal Lawrence (Ralph Fiennes) lo empieza a resolver de una forma tan jalada en el cuarto del papa muerto, que es risiblemente inverosímil. Finalmente, aquel misterio resulta ser un no brainer, casi salido de una compu de la USAID.
Luego, es un recurso muy básico la extremada caricaturización del cardenal conservador Tedesco (Sergio Castellitto) para facilitar el triunfo de los bergoglios en la peli. Este es el mensaje ideológico y político final de la película: que, a pesar de todo, ganan los bergoglios y que los demás son los malos, unos por corruptos y otros por conservadores.
En fin, Cónclave tiene buena fotografía y cuenta con actorazos, pero no se salva; y si no hubiera sido porque antes de ir a verla pasamos a comer Cavatini a Pizza Hut, la tarde del sábado hubiera sido un sólo un bostezo caro.
A partir de aquí, spoilers:
- El bombazo es absurdo porque al principio de la peli se explica que colocan bloqueadores en las ventanas para que, desde afuera, no se puedan escuchar las conversaciones dentro de la Capilla Sixtina…y luego…queda el agujero en la ventana, sin bloqueadores, ni nada. De hecho se ve como entra el viento durante las deliberaciones.
- Lo del tiquismiquis del cardenal africano con la monja parece salido de La Rosa de Guadalupe, sólo faltaron el vientecito y la rosa blanca.
- Un cardenal conservador que grita ¡Guerra santa, guerra santa! después de ser mostrado como un sujeto muy malcriado, abusador y desabradable es demasiada caricatura para que los modernistas quede como santos varones.
- En serio, los documentos escondidos en la cabecera de la cama papal es tan, pero tan, tan inverosimil que me hizo hacer un gesto mientras trataba de no dormirme.
- Finalmente…Inocencio, ¿En serio? Que el nuevo papa hispanoamericano dispusiera llamarse Inocencio y pusiera cara de chivo ahorcado al anunciarlo fue la guinda de este bodrio.