Si creíste que los pipoldermos 2024 iban a ser diferentes de los pipoldermos que los han precedido, te dieron atol con el dedo. Si te fuiste con la finta de que la corrupción era del 40% y que si se eliminaba esa podredumbre, el presupuesto para políticos y burócratas iba a alcanzar, te dieron atol con el dedo ¡El dinero ajeno nunca alcanza para los socialistas! Si crees que no va a haber piñata con los Q14 mil millones que los semilleros se recetaron con la complicidad de diputados debidamente descorruptizados, estás tomando atol que te dan con el dedo. Si dices ajuste presupuestario para ocultar que es una ampliación presupuestaria, estás repartiendo atol con el dedo.
Para aprobar la ampliación presupuestaria, a poquito más de tres meses que termine el año, los diputados del Ejecutivo pasaron sobre el principio de que, en materia de derecho público, solo se puede hacer lo que está permitido por la ley, y por eso dispusieron llamar ajuste a la ilegal ampliación. Los semilleros se recetaron aquella ampliación, a pesar de que tienen suficiente dinero en caja y sin ejecutar.
La votación en cuestión llevó más tiempo de lo normal para permitir que los operadores políticos del Ejecutivo consiguieran la mayoría calificada necesaria para dispensar de dictamen la ampliación y pasarla de urgencia nacional. ¿Te acuerdas de cuando ese tipo de maniobras eran muy mal vistas? ¡Pues ya no, porque es la nueva primavera!
Lo del miércoles fue un esfuerzo exitoso de los semilleros para amarrar el poder por medio de alianzas basadas en la repartición de ese botín que es el gasto del gobierno. Ese botín se traducirá en clientela para las próximas elecciones, y si no lo ves es porque has tomado demasiado atol que te han servido con el dedo.
Dicho lo anterior, la raíz del problema está en que los diputados llegan al Congreso para conseguir privilegios para sus electores y con la determinación de ser reelectos cuantas veces sea posible. Y eso cuesta plata. Parte de ese dinero se usa para hacer obras y tener contenta a la clientela en todos los niveles. ¿Será posible que parte de ese dinero termine como parte del 40%?
Hasta antes de 1944 estaba claro que los diputados representaban a la nación cuando llegaban al Congreso. Aunque eran elegidos por distritos que correspondían a los departamentos del país, los diputados no eran representantes de aquellos departamentos, ni tenían por misión conseguir goodies para los habitantes y bisnes del departamento.
En algún momento, después de 1944, la práctica política cambió y los diputados empezaron a llegar a sus curules como representantes de los departamentos donde habían sido electos. ¿Y sus misiones? Conseguir dinero de los tributarios por medio de asignaciones presupuestarias. El Congreso, entonces, se convirtió en una plaza para la negociación de partidas presupuestarias y privilegios a cambio de favores políticos. Y no es que antes no se negociaran favores, pero la nueva realidad consagró a los diputados como meros mercanchifles de favores, privilegios y asignaciones para conseguir y conservar a sus clientelas.
Allá por 2005 la situación se agravó con la idea del listado geográfico de obras, que llevó a la plaza a los consejos de desarrollo y a la Segeplan. Ellos, con los diputados, parten y reparten el dinero de los tributarios que será usado para tratar de garantizar que, a la hora de repartir candidaturas y asignar posiciones en las listas electorales, todo quede en familia.
¿Y? Para asegurar que el Ejecutivo no cambie de manos, con el apoyo del voto del creciente número de electores que dependen del Presupuesto del gobierno, reparten atol con el dedo.
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Columna publicada en República.