En la prehistoria, toda casa que tuviera por lo menos una línea telefónica de la empresa estatal de telecomunicaciones (Luego de pagar Q4000 a 1Q por 1$ y esperar cuatro años para que le asignaran la línea), tenía por lo menos una guía telefónica.
Las primeras que recuerdo -cuando era niño- no eran muy gruesas, luego crecieron cuando se les añadieron las páginas amarillas y luego crecieron más cuando se acabó el monopolio estatal de la telefonía y el de las telecomunicaciones.
…y luego desaparecieron las guías…o por lo menos dejaron de tener importancia…¿todavía existen?
Durante el apogeo de aquella herramienta yo esperaba su llegada con emoción para ver qué familiares, o amigos estaban en ella. Sólo la llegada de mi Almanaque Mundial, superaba a al de la guía.
En muchas ocasiones me sorprendí leyendo la guía telefónica, del mismo modo en que leía diccionarios. Recuerdo muy bien cuando le pregunté a mi padre por qué se escribían los nombres así como López, María de y me explicó que si se escribiera de López, María, todo empezaría con la palabra de y me explicó el orden alfabético.
El fin de semana le dije adiós a la última que teníamos en casa, que fue de 2009. Y..¿vas a creer? Sentí un poco de nostalgia.