¡Libertad sin mordaza!, ningún pensamiento merece cárcel

 

Ni un periodista, ni un columnista…en realidad, ¡Nadie!, debería ser perseguido penalmente por sus opiniones, y publicaciones.

En el corto y en el largo plazo es de interés de tirios y troyanos proteger aquella libertad. Ilustración por JasonCarswell, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons.

La jueza quinto penal, Aurora Gutiérrez, aceptó un recurso legal planteado por la defensa de periodistas y columnistas que trabajaron en elPeriódico; y resolviío que el caso deberá conocerse en un Tribunal de Imprenta y no por la vía penal. La jueza resolvió que cualquier persona que se sienta ofendida por publicaciones debe acudir a un Tribunal de Imprenta y allí agotar el procedimiento que corresponda, de acuerdo con la Ley de Emisión del Pensamiento. No cabe el uso de la Ley contra la Delincuencia Organizada para coartar la libertad de expresión.

Cabe recordar que dicha ley no es sólo para proteger la libertad de expresión de quienes publicamos, o trabajamos en medios masivos de comunicación; sino es para proteger la libertad de expresión de todos los habitantes del país.  Incluido tu, que lees estas líneas, o que de cuando en cuando compartes un meme, o algo así. Toda libertad de expresión es protegida por la Ley de Emisión del Pensamiento. Dice esa ley que Nadie puede ser perseguido ni molestado por sus opiniones; pero serán responsables ante la ley quienes falten al respeto, a la vida privada o a la moral, o incurran en los delitos y faltas sancionados por esta ley; y dice la Constitución que es libre la emisión del pensamiento por cualesquiera medios de difusión, sin censura ni licencia previa

Aunque el caso que motivó la resolución citada, involucra un medio de comunicación legalmente establecido y a periodistas reconocidos que trabajaban para elPeriódico, la libertad de expresión y la responsabilidad que lleva aparejada es sólo una manifestación particular delmás general derecho a la libertad, derecho que corresponde a la facultad de actuar sin estar sometido a coacción arbitraria, o sea a actuar de acuerdo con el mejor juicio propio.  Ese derecho es de todo individuo y no sólo de los periodistas.

En una sociedad sana, no se debe criminalizar a nadie, nadie, nadie, por emitir su pensamiento; y los ataques contra la libertad de expresión son muy peligrosos porque esa libertad es es socialmente útil para tres cosas: proteger la dignidad humana, controlar la actividad social y estatal; y buscar la verdad.

En el corto y en el largo plazo es de interés de tirios y troyanos proteger aquella libertad porque vivimos tiempos en que está bajo asedio.

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