Si digo que tenía 40 años de no comer salsifíes no es una exageración; y a mí siempre me gustaron, desde que era niño.
Los salsifíes son hortalizas y en casa de mis padres se comían de tres formas: migados, rodajados finos en tortitas como blinis, y en salsa bechamel. Mi forma favorita para comerlos era la primera, creo que porque así se lucía más el sabor delicado de esas raíces.
De repente, los salsifíes escasearon, o desaparecieron. Como que pasaron de moda y pues…en casi cuatro décadas no me encontré con ellos ni en el mercado, ni en la verdulería, ni en el super. De cuando en cuando oía el rumor de que había salfifíes aquí y allá; pero no es como que uno pudiera salir a comprarlos como sale a comprar zanahorias.
En fin, para hacer la historia corta, el martes llevaron unos a casa y ayer los preparamos migados, y viajé en el tiempo, y me gocé su sabor delicado.
Cuando era niño me parecían colitas de perro; pero que eso no te desanime si alguna vez te encuentras con ellos. Definitivamente son bocatto di cardinale, como diría mi padre.