Los sonidos de la naturaleza son fascinantes, misteriosos y encantadores. Desde niño me gustaba mucho el que hacían las chicharras y me divierte el que hacen las pericas (a la distancia, eso sí); y esta semana me encontré con los dos.
Las chicharras y los chiquirines salen con las lluvias y llenan los bosques y jardines con sus ruidos característicos. La primera vez que visite Tikal,, ca. 1975, recuerdo que me impresionó muchísimo la intensidad del los sonidos que hacían las chicharras. No fue hasta unos 10 años después que, en el Ingenio Pantaleón, vi una en vivo y de cerca; y vi como utilizaban su cuerpo para hacer ruido de chicharras. Las del vídeo son del campus de la Universidad Francisco Marroquín, en el jardín del salón de profesores.
Ayer en la mañana, al salir al balcón de mi casa, vi a esta parvada de pericas huyendo de un depredador. Descontando el drama, era bonito ver cómo se movía la parvada junta y cómo el depredador hacía esfuerzos por cazar su desayuno. Además, con la luz correcta -que no era el caso de ayer- es chulo ver las tonalidades de verde que lucen aquellas aves cuando van en grupo.
Si creíste que esta entrada se trataba de algunos personajes en redes sociales virtuales…pues no fue así.