Grupos de supuestos militares retirados bloquearon carreteras para exigir una indemización por sus años de servicio; además amenazaron con usar bombas y boicotear las elecciones. Así como ese tipo de actos son delictivos y repudiables cuando los hacen grupos como Codeca, el CUC, los burócratas de Joviel y otros, lo son cuando lo hacen grupos como el citado. Lo que es salsa para el ganso, es salsa para la gansa.
Siempre he dicho -y reitero- que estoy muy agradecido con el Ejército de Guatemala por haber derrotado a la guerrilla y por haber evitado que mi generación y yo vivieramos en una sociedad esclavizada como la de Venezuala, la de Nicaragua y la de Cuba. Pero, dicho lo anterior y si es cierto que los organizadores de los bloqueos de ayer son ex militares, eso no es óbice para señalar que los bloqueos son violaciones a los derechos ajenos y son delitos. Por su parte, el Ministerio de la Defensa duda de la legitimidad de los bloqueadores.
Dicho lo anterior, ¿a quién le extraña que grupos como aquellos acudan a actos violentos como los bloqueos? ¡Si lo hacen -con impunidad- la Codeca, el CUC, los burócratas de Joviel y otros! ¿A quién le extraña si lo hacen estos y consiguen lo que quieren, cuando quieren? ¿A quién le parece raro si los exguerilleros, que luchaban por establecer la dictadura del proletariado y secuestraban, asesinaban, ponían bombas y efectuaban otros actos de terrorismo sí recibieron resarcimiento? ¿A quién le sorpende si estos grupos recibieron resarcimientos a pesar de que lo prohibe la Constitución? ¿Sábes? El artículo 155 de la Carta Magna dice que ni los guatemaltecos ni los extranjeros, podrán reclamar al Estado, indemnización por daños o perjuicios causados por movimientos armados o disturbios civiles. Pero, claro, ¿quién toma en serio la Constitución desde hace ratos?
De cualquier manera, los bloqueos y otros actos violentos similares deslegitimizan cualquier reclamo. Recuerdo que cuando yo participaba en los Viernes de luto (18 de ellos en 2001) y ya para el tercero, o cuarto de ellos los medios de comunicación nos ignoraban (esto es antes del boom de las redes sociales virtuales), algunos participantes sugerían que bloqueáramos el Obelisco (los viernes a las 6:00 pm) con el propósito de llamar la atención. En esas circunstancias, fuimos muchísimos los que nos opusimos a tal disparate, no sólo para no dañar a terceros, sino para no deslegitimar nuestros reclamos (contra el alza de impuestos…que ahora estás pagando).
En fin…lo que es salsa para el ganso, es salsa para la gansa.