Las protestas del sábado pasado, en Washington D.C., fueron cortesía de una red bien financiada. La turba de unos 200 manifestantes izquierdisas, furibundos y organizados by the book marcharon a través del césped del Capitolio. Los miembros de la multitud subrieron los escalones, desplegaron pancartas impresas profesionalmente, se pusieron de pie desafiantes y agitaron sus puños en el aire. Asra Q. Nomani, en su columna de el Wall Street Journal titulada George Soros´ March on Washington nos cuenta de donde vienen los fondos y la organización de este tipo de manifestaciones que los guatemaltecos conocemos demasiado bien.
Asra Q. Nomani ha seguido el consejo de Jerry McGuire y she has followed the money. En su columna explica que he organizado mis hallazgos en una hoja de cálculo que he hecho pública. Al menos 50 de las organizaciones más grandes que participaron como “socios” en la Women’s March del 21 de enero de 2017había recibido subvenciones de la Open Society Foundation de Soros, o fondos similares de la “Casa de Soros”, como es llamado internamente su imperio filantrópico. El número de socios respaldados por Soros ha aumentado a por lo menos 80. Al menos 20 de los grupos más grandes que lideraron las protestas del sábado han sido beneficiarios de Open Society.
Y añade, Nomani que el sábado también estudié la letra pequeña de los carteles mientras los manifestantes los agitaban desafiantes en el Capitolio y en la Corte Suprema. Venían de una lista familiar de grupos de interés demócratas que han recibido millones del señor Soros.
Todo chapín que ha visto manifestaciones parecidas y ha sufrido bloqueos de carreteras y calles, en Guatemala, sabe de qué está hablando Nomani. ¿Verdad?
Bajo un árbol de ginkgo en el jardín este del Capitolio, los mariscales de campo del Centro para la Democracia Popular les dieron a los manifestantes una “capacitación” el sábado por la mañana. “¿Están listos para ser arrestados?” Preguntó una mujer. “¡Sí!”, Gritó la multitud, aunque una mujer preguntó en voz baja: “¿Para qué?”. “Si no”, ordenó el mariscal de campo, “haga cola para la galería de visitantes para que un manifestante experimentado pueda entrar y gritar”. Un organizador entregó boletos para entrar a la galería de visitantes del Senado con el propósito expreso de violar la ley. Lo hicieron, los procedimientos fueron repetidamente interrumpidos por los gritos de la galería.
El fenómeno de los acarreados y de los manifestantes profesionales son males que se dan en todas las latitudes, doquiera parte…y entre nosotros también hay listas de organizaciones financiadas por Soros. ¿Alguien me la comparte para añadirla a esta entrada?