La actividad del volcán Pacaya, al anochecer del domingo 12, fue hermosa; no sólo porque se veía el usual río de lava, sino porque sobre el cráter del coloso se veía salir el material ígneo y, ¡además había tempestad!
A pesar de la distancia es un espectáculo sobrecogedor. En casos así es que me dan ganas de comprarme una cámara grande con buen lente.
Como siempre, cuando publico fotos así, te invito a escuchar Night on Bold Mountain, por Modest Mussorgsky.