La biosfera maya y el patrimonio histórico son víctimas de la guerra perdida contra las drogas y de los invasores. Incendios atribuidos a narcoganaderos y a rozas sin control están arrasando con la selva en Petén.
Aquellos que sostienen que los políticos y los burócratas son los mejores guardianes de la naturaleza y del património histórico deberían meditar sobre lo que está ocurriendo porque no es un fenómeno nuevo. Ya desde hace 13 años se advertía que el parque nacional de la laguna del Tigre es una tierra sin ley, paraíso de narcos, madereros e invasores que -con conocimiento y quién sabe si al amparo de los funcionarios del gobierno- hacen lo que quieren en la biosfera maya. Yo visité Perú-Waká ca. 1999 y ya desde entonces aquellos eran temas de preocupación.
Pero claro, si los políticos y funcionarios no pueden con la educación estatal, la salud estatal, ni con las carreteras estatales, para mencionar tres, ¿por qué iba a ser diferente con la naturaleza a cargo de ellos?
Aquí en Guatemala todo urge y el cuidado de la naturaleza también es prioridad. ¿Quien cuida a balam, a kuk, y a mo? Está claro que los políticos y burócratas, no. Es tiempo de buscar opciones y de dejar de hacer lo mismo con la esperanza de tener resultados distintos.
No se vale decir que los políticos y funcionarios cuidan bien de la naturaleza en otras latitudes y que lo que ocurre aquí en Guatemala es sólo porque el estado está cooptado, por ejemplo. En los Estados Unidos, que es un país desarrollado y con instituciones enraízadas, la efectividad del cuidado estatal de la naturaleza es muy cuestionada como puedes ver en este enlace.